"Los secretos de mi princesa"

Capitulo 59 -Regresa Niall.-

Abrí mis ojos lentamente, todo mi cuerpo me dolía tanto que no podía moverlo.
Mire a mi alrededor pero no pude distinguir el lugar en donde estaba.
Todo estaba tan confuso en mi mente. Mi cabeza me dolía horriblemente.

¿Qué rayos había pasado anoche?

Lo último que recuerdo es a Hanna apuntándome con el cuchillo en el pecho y después todo se volvió borroso. Mire mi pierna, aquella que Hanna había acuchillado varias veces, estaba vendada completamente. Toque mi cuello y pude darme cuenta que este estaba enyesado. Unos cables entraban sobre mis fosas nasales y desprendían aire para que me fuera más fácil respirar.
Note que estaba usando una bata de hospital.

¿Cómo fue que llegue al hospital? No lograba recordar nada.

Un lado mío había un suero que estaba inyectado en mi muñeca. Vi que debajo de mi mano había un botón rojo, lo oprimí y segundos después una enfermera entro a la habitación.

- Hola linda.- Me saludo amablemente la enfermera, quise hacer lo mismo pero no podía hablar, estaba muy débil como para hacerlo. -Me alegro de que despertaras, llevas una semana inconsciente, comenzabas a preocuparme cariño.- Dijo la enfermera mientras revisaba mi suero y que todos los cables que estaban conectados en mi cuerpo estuvieran en orden.

- ¿Co...Como... llegue aquí?- Susurre con mucha dificultad.

- La policía te encontró inconsciente en medio del bosque, estabas acuchillada en varias partes del cuerpo, pero la más preocupante era la que tenías en el pecho querido. No respirabas así que rápidamente te subieron a una ambulancia, y te dieron cargas eléctricas para que tu corazón volviera a funcionar, milagrosamente tu corazón volvió a latir luego de unos minutos. Podría decirse que fue un milagro de dios ya que los golpes eran graves y perdiste mucha sangre.- Me explico lentamente la enfermera.

Tarde varios minutos en procesar y entender toda la fuerte información que me acababan de dar.
Entonces Hanna si me había matado, pero me pudieron revivir. Oh dios mío.

- La persona que me acuchillo...- Trate de hablar pero la enfermera me interrumpió.

- La encontraron a varios metros de distancia de ti, estaba retorciéndose en el suelo y llorando. Se la llevaron con un juez que determino que debido a asesinar a alguien a mano armada estaba condenada a cadena perpetua. Ahora mismo ya debe estar en prisión.-

Sentí un escalofrió al pensar en Hanna en prisión, detrás de unas rejas, sola.
Después de todo ella lo merecía, pero aun después de todo lo que pasó, no podía hacerme a la idea de que mi mejor amiga hubiera intentado matarme y ahora estaba en prisión.
Como las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana.

Seguía sin poder creer que aquella persona que odiaba con todo mi corazón haya sido la que solía llamarse mi mejor amiga. Sin duda, necesitaría ayuda médica para poder superar todo esto.

- ¿Y...mi padre?- Pregunte.

- Él está afuera, en el corredor, junto con tu tía creo.-

- Quiero verlo.-

- Lo siento linda, pero no se permiten visitas en Cuidados Extremos. Pero como ya despertaste podremos trasladarte a otra habitación, y ahí lo podrás ver- Me hizo una mueca de disculpa.

Yo solo asentí y lleve mi mano a mi cabeza, esta me dolía demasiado. La enfermera fue hacia un cajón y saco un jarabe, después lo vertió en un pequeño frasco y me lo dio.

- Bébelo, sirve para calmar el dolor.-

Tome el frasco que contenía un jarabe color miel, y lo tome.