¿Papá?

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Realmente la noche de aquel día apenas conseguí conciliar el sueño. Nunca me pude despedir de el, ni decirle que me importaba, y tampoco lo voy a poder hacer.
Me levanté calculando que aproximadamente había dormido una hora, mas o menos. Y volví al baño para mas tarde salir a la cocina. Tantas lágrimas perdidas me habían dado hambre. Levante la cabeza y tras encandilarme con la luz de la ventana y frotarme mis apenas abiertos ojos conseguí ver a mi madre con los ojos a rebosar de lágrimas, era bonito como le brillaban y triste saber que era por las lágrimas.
-¿Te preparo el desayuno?- Me dijo mi madre al conseguir dejar de sollozar.
-No, tranquila, sientate y ya lo preparo yo para los dos-. Se me estaba rompiendo el corazón de verla plantada ante la ventana.
-Mejor lo preparamos los dos, cariñ...- No le dio tiempo a terminar la frase, había comenzado otra vez a quejarse de pena y a soltar cataratas por los ojos. Se me partió el corazón de nuevo, pero esta vez en mil trozos.

No salí de casa aquel día. Recibí un mensaje de Saray:"Que ocurre? Estas bien? Contestame pronto, estoy preocupada.
Se lo conté todo pero me arrepentí de haberlo hecho porque empezó a insistir en venir a verme y creo que es la primera vez en años en que no tengo ganas de verla.

No salí en el resto de días y apenas hablaba con Saray a pesar de me comenzó a mandar mensajes mas a menudo. Ella siguió insistiendo en venir a verme y sin embargo no accedí hasta 5 días después.
En cuanto llegó me abrazó muy fuerte y me alivió, lo necesitaba la verdad.
Me intentaba apartar de todo lo relacionado con mi padre, sólo me hablaba de cosas de la calle ajenas a mi y a ella.
-Quiero salir a beber-. Le dejé caer- Ya se que no va a solucionar nada y que posiblemente no me haga más feliz, pero quiero salir a una fiesta, una discoteca, lo que sea, y beber.
-Te acompaño.- Esbozó una sonrisa con sus dientes alineados y perfectos como si le hubieran puesto aparato durante años.
Y así fue, esa noche salí con ella a una discoteca situada en la periferia de la ciudad. Me resultaba tan utópico haber conseguido llevármela al extrarradio con sólo dejarle caer una sugerencia que ni si quiera había meditado antes de confesar.
Utópico pero perfecto, no me podía quejar. En la tarde me lave la cara con agua fría y me pegue una ducha bastante larga. Estuve con mi madre y le comente la idea de irme esa noche a dar una vuelta y accedió sin poner ningún tipo de excusa ni contratiempo. Me ayudó a acicalarme y a bajar la hinchazón de mis ojos y se paso el resto de la tarde diciéndome que era muy guapo. Me sonroja.
Recogí a Saray y ahora nos encontramos aquí, caminando hacia una discoteca en el típico silencio incómodo. Anduvimos únicamente 10 minutos en silencio hasta que ella me empezó a decir que aquella noche iba muy guapo para romper el silencio. Que mona es, me recuerda tanto a mi madre en todos los aspectos...

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2016 ⏰

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