El día

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Dave:

Me sentía demasiado mal como para salir de la cama, ayer era esa maldita tos que no cesaba y ahora era un frío que me calaba hasta en los huesos, incluso creí haber visto una persona sentada en la silla que estaba en la esquina de mí cuarto -genial, ya estaba delirando-, lo peor es que cuando le comente a mi madre salió de la habitación llorando y nunca dijo nada.
***
Era mas tarde y la tos había regresado, la cabeza me zumbaba y la sombra se empezaba a mover ahora estaba frente a mí cama '¿quien demonios era esa chica?' me pregunte a mi mismo, la vista comenzaba a hacerse más nublosa cada segundo, no creo nunca haber tenido un resfriado tan malo, parpadee un par de veces más para enfocar mi vista logrando de mejor manera ver a la chica pero no era a nadie que yo reconociera, ella tenia los ojos de un morado extrañamente raro -¿Quien tenia los ojos de ese color?- y el cabello rojizo hasta los hombros, era palida y alta, poco a poco la tos se volvió más fuerte haciedo que me doblase lo mas seguro es que iba a morir, justo aquí y sin saber nada de ella.

Me enderece quedando sentado sobre la mi cama y recargando la espalda sobre la cabecera, solo para preguntarle a ella quien era y que es lo que queria de mí, mi madre no se hallaba aqui desde la ultima visita que hizo para revisar que yo estuviera bien, -ella sabia algo pero o estaba lista para decírmelo- o solo no quería enfermarse como yo, si lo más seguro es que fuera eso.

Despejé mi mente antes de mirarla fijamente, pregunté -:¿Quien.... -la tos volvió a hacer de las suyas interrumpiendo en mi pregunta y cuando calmó finalicé la pregunta rápidamente- ... eres?

Ella en lugar de contestar a mi pregunta dijo con una voz delicadamente suave como si jamás me hubiera escuchado, me pregunte si era la de un ángel pero tal vez ya estaba quedando loco y solo la escuché con atención -¡Dave York! La Noche te ha escogido, tu muerte será tu renacer. desde ahora te será asignado un tutor para que lleves tu cambio de la mejor manera. ¡Bienvenido Iniciado!-

Ella se acercó a mí y dejo un beso sobre mi frente y a partir de ello todo empeoró, el dolor de la cabeza agudizó, junto con la tos, comenzaba a sentir los latidos de mi corazón tan cerca de mi oreja que llegué a pensar que mí madre me había atraído hasta su pecho pero ella no apareció, me escuché gritar por el dolor, cuando intenté levantarme de la cama las piernas me temblaron tanto que caí al suelo, lo cual ocasionó que me golpease la cabeza, al principio temía la idea de morir, pero cuando cerré los ojos la muerte ahora ya no me molestaba, lo que lo hacía era saber que me convertiría en un jodido vampiro, adiós a mis planes futuros ahora todo trataría de evitar alimentarme de las personas -Sinceramente no conocía al cien porciento a los vampiros, pero por ellos mi mejor amigo no habia pasado el cambio y habia muerto, si hacía un año de eso, pero no soy de los que olvidan tan facilmente.-

Cerre los ojos con fuerza hasta que mi cuerpo comenzo a sentir un calor intenso, pero no un calor que quemará, si no solo calor y se sentia tan bien que me relajé por completo, el dolor dejó de sentirse, la tos cesó, me deje llevar por lo que sea que estuviera pasando, acepté el hecho de que la muerte no era tan mala como la planteaban y por segunda vez en mucho tiempo nada importó ni siquiera la reacción de mi madre cuando me viera muerto al entrar a mi habitación, ni el hecho que ya no podría estudiar, peor aún dejé de odiar a los vampiros, acepté que mi mejor amigo estaba muerto y que beber la sangre no parecía tan mala idea después de todo, entonces lo siguiente que pasó fue aún más tranquilizador, me dejé ir y encontré Paz.

Condemned [Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora