Condemned [Pausa]

Una gran sorpresa.

Dave:

Desperté como era de suponerse, en una habitación desconocida, todo era completamente blanco y lo único que la llenaba era la cama en la que me encontraba, unos pequeños muebles alrededor, y una silla casi frente a la misma cama. Moví mi vista para recorrer la habitación pero estaba completamente desierta, levanté la mirada hacía el techo un tanto confuso, esto no parecía una cama de hospital o algún otro sitio normal, bueno ni siquiera parecía un cuarto de hospital; algo sobre saltado intente sentarme pero algo, -bueno alguien- me interrumpió.

-Si, yo fuera tú no haría eso, aunque se te pasa porque eres el nuevo- El chico que había hablado y ahora se dirigía a mi, era como de mi edad sin embargo su tez era completamente blanca, sus pelos rubios peinados en punta y sus ojos verdes destacaban demasiado, yo no sabía quien era pero al parecer él si sabia sobre mí, no caí en la cuenta hasta que bajé la vista en dirección a sus manos donde estaba un pequeño vaso con alguna clase de líquido rojo -'Sangre'- me dije a mi mismo comenzando a pasar la mirada de sus manos a su cara esperando algún movimiento por su parte incluso algún ataque.

-Vamos, Dave quita da cara, no es veneno, ni siquiera te haré daño- Habló de nuevo el chico, parecía amistoso -Pero ¿lo era?-, dejó el vaso sobre un mueble, posicionando la silla a un costado de la cama; regresó por el vaso y tomó asiento en la silla con el vaso entre sus manos.

-Lo más seguro es que me vayas a dar esa sangre para que no intente comerme a nadie al salir de aquí, ¿no es así?- Dije haciendo una mueca de asco para darle a entender que no me gustaba, él por otra parte frunció su ceño sin entender, cuando bajó la mirada donde yo había estado mirando el vaso finalmente, elevó las cejas como si entendiera por fin a lo que me refería.

-Ugh no- Arrugó la nariz y volvió a hablar-: viste demasiadas películas de vampiros ¿No es así, Dave? -Fruncí el ceño ahora era yo quien no entendía, y el gesto de su boca decía que intentaba no reír.

-Mira esto es un té, lo necesitas, en primera porque hay algo que debo de contarte y segundo te hará bien- Él extendió el vaso sin esperar que yo dijiera algo, pero no lo tomé y es que me encontraba acostado me sería difícil beber, el finalmente comprendió, colocó un popote para que pudiera beber, el liquido mientras el lo sujetaba, el té era dulce, sabía muy bien sin darme cuenta bebí todo.

-Ahora si, mira hay algo en ti, tus colmillos se han desarrollado, eres como un vampiro adulto, sin saber nada sobre los vampiros, para los demás sigues siendo un iniciado, por otra parte yo seré tu tutor y quien te enseñara todo lo que necesites, mi nombre es James Helmont- Dejó el vaso sobre el mueble a un costado de él y extendió su mano libre, yo levanté la mía para poder estrechar nuestras manos, cuando por fin soltó mi mano él sonrió levemente. Sin embargo yo seguía sin mostrar ningún afecto a nadie o nada.

-Esto se vuelve un silencio incómodo- Dijo segundos después, sacándome de mis pensamientos, haciendo que volviese a prestar atención a él, asentí mientras me encogía de hombros -Bueno, ¿tienes alguna pregunta más?-

-Dos, ¿Cuando voy a salir de este sitio? y ¿a que hora la comida?- Dije en un tono seco.

-Sales hoy por la noche, y cuando salgas iremos por alguna comida rápida, mientras tanto no te preocupes volverán a dormirte, lo necesitas- Finalizó con eso, se levantó de su lugar con el vaso vacío para dirigirse a las puertas y salir, tomé una bocanada de aire como si la hubiese necesitado todo este tiempo mientras el chico estaba ahí, no parecía un vampiro, mucho menos yo, esto había sido una gran sorpresa -¿Habrían sido así con mi mejor amigo? O ¿él sólo sufrió?-.

Mantuve esa pregunta en mi cabeza hasta que la puerta volvió a abrirse una mujer vestida de blanco entró y se acercó donde yo me encontraba acostado, no dijo nada y a lo que parecía suero inyectó algo, supuse que era lo había mencionado James, poco a poco mis párpados se volvieron más pesados, sin nada más volví a caer rendido.