Capitulo 2.

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Me dirigí a mí habitación, dejando las cosas en la cama, revisando cada parte del lugar donde comenzaría mi nueva vida. Mordía mi labio por los nervios que sentía en conocer a más personas, de poder hacer amigas o amigos. Te permitían salir  del orfanato de vez en cuando, pero esto era todo mejor.
A pesar de la actitud diferente que tuvo Cameron.

— Catalina, puedes bajar por favor. — Al escuchar su llamado salgo de la habitación, para bajar corriendo por las escaleras, llegando abajo lo quedó mirando con una pequeña sonrisa. — Hable con uno de los chicos, están viendo si puedes ingresar al colegio con lo que sabes. — Tenía razón, a pesar que tenía diecisiete años no sabía todo lo que una chica de mi edad tenía que saber.
Hice un pequeño movimiento de cabeza, esta vez restándole importancia.

— Esta bien, Ahm saldré a caminar por el barrio. — Lo Miró, para pasar por su lado, sin esperar respuesta alguna, solo quería salir de la casa y poder conocer mejor el lugar y disfrutar de la libertad que me habían dado temporalmente, soy un desastre en la mayoría del tiempo. En tan pocos meses cumpliría los dieciocho años y pues siempre me la pasaba leyendo en la habitación, espero y esta vez poder salir más seguido y conocer parte de la ciudad.

Estaba tan concentrada caminando por el lugar;  hasta que me fije en un sitió donde se podía andar en skater y en patines... Sonrió levemente al escuchar las risas y el sonido de las ruedas deslizándose por el pavimento.
Camino tímidamente al lugar, sin poder evitarlo, pues se veía divertido al igual que complicado. Llegó a un grupo de chicos y chicas, en total era mixto. — Hola. — Mi voz había salido tan apagada y suave pero, gracias a dios me habían escuchado, pues mi chico se fijó en mí  con una mirada de extrañeza, de no saber quién soy. — Soy Catalina, Ahm los estuve viendo... Y me es interesante lo que hacen. — Mis manos golpeteaban mis piernas con un nerviosismo, no sabía cómo iban a reaccionar o que decir.

— Mucho Gusto Catalina, soy Thomas, ellas son Elina, Chleo y ellos son Matias; y Amon. — Nombró a cada chico y chica, mientras le daba pequeñas señas, mientras cada uno saludaba con la mano. — Que se te hace interesante con lo que hacemos. — Me miro fijamente, problema. Eso me hacía poner más nerviosa de lo normal. No pude soltar una risita de los nervios que mi cuerpo hacía notar.

— Los trucos que hacen, en como el cuerpo se línea con el movimiento de la patineta, como también el equilibrio que conlleva todo eso. — Misma reacción, la mirada de todos estaban puesta en mí. Pues era nueva en esto de conocer gente, más por el hecho que estuve aislada de las personas.

— Pues es entre complicado y fácil, si te sabes mover  junto con tu cuerpo y poder juntar el equilibrio, podrás no tener tantos golpes. Se aprende intentando una y otra vez, pequeña. — Me responde, creo que era Matías. Asiento levemente. — Pero, creo que no es solo eso, jamás había visto a una chica por aquí, más por el hecho que el barrio nos conocemos; la mayoría. — Termine de decir, esta vez no sabía que decir, tenía razón, era nueva, jamás había Estado en este lugar.

— Soy nueva, acabo de llegar hoy día a este lugar... Y pues decidí salir a caminar un rato, hasta que llegué a este sitió y actualmente estoy hablando con ustedes. — Suelto unas pequeñas risas.

— Entonces bienvenida a este barrio, espero y verte más seguida por aquí. Nosotros ahora nos tenemos que ir. — Al escuchar las palabras con atención, le regalo una sonrisa sin antes despedirme y volver a poner en marcha hacía más lugares... Era un sitio tranquilo, demasiado.

Estuve un largo tiempo caminando hasta que me comenzaron a doler los pies. Volviendo a la casa, tocó dos veces la puerta esperando a que Cameron me abriera y pudiera dirigirme a mi habitación.
No se demoró más de dos minutos en abrir. De mi boca solo salió un gracias, me dirigí hacía la escalera cuando su voz me detuvo.

— Necesitas comer algo, hay un poco de comida en el microondas, jugó en el refrigerador, los vasos en el mueble de la esquina, parte de arriba y los servicio al lado del refrigerador. — Me dice para luego irse a quien sabe dónde. Hago lo que me dice y comienzo a buscar las cosas.
Teniendo todo en la mesa me siento a comer, era mucho silencio. Con mi mirada buscó algo parecido a un control remoto, pues había una televisión así que aprovecharía cada minuto para ver series o hasta caricaturas. Volviendo a mi puesto y con la televisión encendida, comienzo a comer nuevamente.

Eran las 15:36 minutos, faltaba mucho y yo aquí. Al terminar lavo lo ensuciando y camino a mi habitación. Saco el bolsita de higiene que tenía... Y camino al baño para lavarme la boca.

Estuve caminando por la casa, de habitación al baño, del baño a la cocina, de la cocina a la Sala y de la Sala al patio, donde me quedé sentada leyendo un libro que encontré en la casa. Solté un suspiro de cansancio, mis pues seguían doliendo... Era nuevo, todo esto era nuevo.

Solía dormir durante todo el día, escondiendome de la oscuridad de la soledad, ahora soy un ave que puede recorrer los lugares jamás visto por unos ojos inocentes.

Cambio De Rumbo - C.DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora