Nuevo disco, gira... ¿para cuándo las vacaciones?
En verano para nosotros es soñar mucho. Esas cosas hay que plantearlas con tiempo, cuando acaba la vorágine. Ahora tenemos que entretener a toda esa gente que sí se ha cogido vacaciones. Es divertido.
Toda la semana que viene en Madrid, ¿es una plaza difícil?
Es muy agradable, un lugar en el que da mucho gusto tocar. Aunque impone, porque es mi casa, pero la satisfacción es brutal.
¿Después de tantos años de carrera se plantea cosas nuevas?
Quiero seguir avanzando a mi ritmo, poco a poco. Siempre aprendo de lo que he vivido, así que por el momento me planteo seguir igual, pero evolucionando. Me queda mucho camino por recorrer.
¿Y cómo ve el futuro de la industria?
La crisis me afecta igual que a todo el mundo, porque por ejemplo antes había un presupuesto encima de la mesa de las compañías para hacer un disco y ahora hay otro, el mínimo. Hay muy buenos artistas que no tienen opciones.
Siendo mujer y solista, ¿su mérito es doble?
A las mujeres nos cuesta en un principio tener más credibilidad en esta profesión, pero realizamos un trabajo de fondo al que nos agarramos con fuerza y pisamos fuerte. Es de familia de artistas, ¿soñó alguna vez con ser otra cosa? ¡No me dio tiempo! Empecé con 15 años, y aunque en el cole hacía las cosas mejor o peor, me lo pasaba bien. Todo me vino muy de golpe. ¿Lo ha pasado tan mal como en sus canciones? He tenido muchas experiencias, pero tampoco es todo tan pesimista. Además, cuando puedes expresar algo así es que ya lo has superado. ¿Qué música le tira para escuchar? De todo, R&B, flamenco, heavy... Es una locura lo que me gusta la música, y creo que hay una distinta para cada circunstancia. Ha hecho cameos en televisión, ¿le interesa ese mundo? Han sido pequeños guiños, pero sólo para divertirme. No valdría para eso: zapatero a tus zapatos... ¿Para qué concierto pagaría una entrada carísima? Hubiera pagado millones por ver a Michael Jackson. Pero así se van los genios, a lo grande.