Día 5
Algo más tarde empecé a pensar en el tiempo, en cómo se mueve y se escurre, como fluye siempre hacia delante; como los segundos se convierten en minutos y luego en días y luego en años, todos corriendo incesantemente en la misma dirección. Y en cómo nosotros nadamos por ese río lo más deprisa que podemos, avanzando aún más rápido que si nos dejáramos simplemente llevar.
En fin lo que quiero decir es esto: tal ves tú puedas permitirte el lujo de esperar. Tal vez para ti haya un mañana. Tal vez para ti allá mil mañanas, o tres mil , o diez mil, y te quede tanto tiempo que puedas bañarte en él, entretenerte, dejar que se te escurra entre los dedos. Tanto tiempo que puedas desperdiciarlo.
Pero para otras personas, solo queda un hoy. ¿Y sabes qué? Es imposible saber a cuál de los dos grupos perteneces.