Capítulo 5

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- Siento llegar tarde.

- No te preocupes hijo, siéntate.

He empezado a sudar. Como no me he dado cuenta antes. Esos ojos azul eléctrico no los tiene cualquiera. Nikko es Nicholas Kreisberg ¡el padre de Alex! Tierra trágame... mis días tranquilos en la universidad se han terminado. Todo el mundo sabrá quién soy y me juzgaran por los escándalos de mi madre y mi vida será una ruina cuando empiecen a sacar los trapos sucios y...no quiero ni pensarlo.

Alex toma asiento justo a mi lado ya que mi madre se ha sentado al lado de Nicholas y yo estoy al lado de mama. Evito todo contacto cara a cara pero Nicholas nos empieza a presentar y es algo inevitable.

- Ella es Charlotte LiverField.

- Mucho gusto.- responde Alex con una sonrisa encantadora. Espera un momento, ¿dónde se ha dejado olvidado el lado capullo?

Mi madre le devuelve la sonrisa y espero a que llegue mi turno. Cojo aire para lo que se avecina.

- Y ella es su hija...

- Amy – le corto.- Soy Amy, encantada.

Me mira un poco sorprendido por mi efusividad y luego frunce el ceño. He intentado que no pronuncie mi nombre completo, así, a lo mejor, no se da cuenta, ¿no?

- ¿Nos conocemos?- pregunta. Mierda, ya me ha calado.

- No.

Pero qué respuesta es esa, seguro que ya me ha pillado. El camarero llega a tomarnos nota y por poco no le doy las gracias y un abrazo por interrumpir esta escena.

- ¿Qué desean tomar?

Pedimos y se va dejándonos en una situación peor. Mi madre se ha puesto a hablar con Nikko y a tontear y yo tengo al lado a Alex. ¿Tengo que hablarle o espero a que me hable él? Lo miro de reojo y está mirando el plato muy pensativo. ¡Oh Dio mio! Seguro que está pensando a quién le recuerdo. Tengo que interrumpir sus pensamientos.

- Mmmm, Alex ¿verdad?

Se gira hacia mí y me empieza a temblar la pierna. Tengo que tranquilizarme si quiero que todo salga bien.

- ¿Tú también te dedicas a las carreras como tu padre?-pregunto.

- No.

- Vale...

¿Qué le pasa? Estoy intentando entablar conversación, no sé si se ha dado cuenta. ¿Dónde está el camarero? Quiero cenar e irme a casa, por favor.

- ¿Y tú?

- ¿Eh?- creo haber oído algo pero no estoy segura. Giro la cabeza y Alex me está mirando fijamente.

- Tu ¿Qué haces? estudias, trabajas o eres una nini.

- Una ¿nini?

- Si, ya sabes. Ni estudias Ni trabajas, nini.

- Ya, ya sé lo que es.- se me queda mirando y me alucina la manera en que sus ojos se han vuelto más claros, más alegres. Creo que se está divirtiendo.

- ¿Y bien?- pregunta levantando las cejas.

Vaya, me he quedado embobada mirándolo. Qué vergüenza.

- Yo estudio, quiero ser científica. Investigar enfermedades y encontrar curas, ya sabes. – agacho la cabeza. Creo que he dado demasiada información.

- Vaya, que interesante. Pensaba que estudiarías dirección de empresas o algo así para seguir con el negocio de tu madre.

- No.- digo y le dedico una sonrisa de esas que indican que no quieres seguir con ese tema pero parece que no lo ha pillado.

- ¿Por qué?- pregunta.

- Porque no.- Solo espero que mi madre no esté escuchado nuestra conversación porque he discutido este mismo tema con ella millones de veces y no me apetece que lo vuelva a sacar.

- Tiene que haber alguna razón.- pero qué preguntón es. Pero espera, que se me ha ocurrido una buena a mí también.

- Y tú ¿por qué no has seguido la carrera de tu padre como piloto?

Se pasa la lengua lentamente por el labio inferior, sonríe y asiente con la cabeza. Justo en ese momento llega el camarero con nuestros platos. Otra vez le digo gracias mentalmente.

El resto de la cena lo paso en silencio escuchando como mi madre y Nicholas hacen planes de negocios futuros y algo más... Espera, espera, espera que rebobino. He dicho ¿"y algo más..."?, Un momento, eso quiere decir que ¿Alex se convertirá en mi hermanastro si mi madre continua con su juego? Oh no, no, no...

- Cariño, levántate que nos vamos.- dice mi madre sonriente pero con un tono amenazador. Levanto la mirada y veo que todos están mirándome. Se me sonrojan las mejillas y me levanto.

- Perdón.


***********


El día del entierro ha llegado y mi madre es la mejor actriz del mundo mundial. Llora con una facilidad que es digna de admirar. Me coloco en primera fila junto con ella y... ¿Nicholas? Por favor, esto es tan evidente que nadie se da cuenta porque creen que es imposible.

Busco con la mirada a mi queridísimo compañero- Alex pero no lo veo por ningún lado. Seguro que llega tarde... Aunque con un poco de suerte no viene.

Vaya, creo que he hablado, o mejor dicho, pensado muy rápido. Ahí está. Pero que bien le sienta el traje. Me doy una torta mental, no puedo pensar eso, él es un chulo, rencoroso, capullo,...

- Hola- dice cuando llega donde mi.

- Hola – respondo y miro al frente.

- ¿Qué tal estas?

¿He oído bien? Se está preocupando por mí. Esto tenía que grabarlo y enseñárselo a todos los estudiantes de la universidad. Desde cuando Alex Kreisberg pregunta "¿Qué tal estas?" y no es a ninguno de sus amigos.

- Bien. No era mi padre y no le tenía mucho cariño así que estoy... bien.

- Vaya, que sincera.- y se le forma una sonrisa picara en la cara que me hace sonreírle también.

Llega el cura y comienza a rezar mientras introducen el féretro bajo tierra. Mi madre se apoya en el hombro de Nicholas y empieza a llorar como si no hubiera un mañana. Me fijo en Alex que también la está mirando con cara divertida.

- ¿Te divierte mi madre?- pregunto casi sin pensar.

- ¡¿eh?! – lo he dejado sin palabras. La verdad resulta bastante divertido meterse con él. Ojalá tuviera este valor para decir estas cosas cuando soy yo misma, sin esta ropa y todo este potingue que llevo en la cara. 

Me río y me pega con su hombro.

- No te rías. - me dice.

- Lo siento pero es que has puesto una cara muy graciosa.- intento contener la risa porque algunos de los familiares y amigos empiezan a mirarme mal y no quiero tener otra bronca con mi madre.

- Nadie se ríe de mi preciosa. Y sino ya te darás cuenta.

Se me corta la risa de repente ¿Qué ha querido decir?


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