El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

Primera Parte: capitulo 1

♦Que trata de cómo un hidalgo pobre se convirtió en el famosísimo  caballero don Quijote de la  Mancha.

En un lugar de la Mancha,de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía,hace ya algún tiempo, un hidalgo tan pobre que casi todo el dinero que tenía lo gastaba en comida.En su casa vivía una criada de más de cuarenta años y una sobrina que no llegaba a los veinte.Nuestro hidalgo andaba por los cincuenta; era de constitución recia, huesudo,de cara flaca y gran madrugador. Algunos autores escriben sobre él dicen que su apellido era Quijada, otros Quesada y otros lo llaman Quejada. Pero esto importa muy poco, basta con que la narración no diga mentiras.

El hombre leía libros de caballería los ratos libre, que eran la mayoría,y su curiosidad y desatino llegaron tan lejos, que hasta vendió varias hectáreas de tierra para poder comprar más libros.Muchas veces discutía con el cura del lugar sobre cuál de aquellos personajes que protagonizaban  las historias que leía había sido mejor caballero: si Palmerín de Inglaterra o Amadís de Gaula. Nicolás, el barbero, decía que ninguno se podía comparar a don Galaor, porque no era tan llorón como su hermano Amadís y era muy valiente. La cuestión es que el hombre se pasaba el día leyendo; y así, de dormir poco y leer tanto, se le llenó la cabeza de todo aquello que leía: encantamientos, batallas, desafíos, amores y disparates imposibles. Tanto creyó que eran verdad aquellas invenciones, que para él no había historias más ciertas en el mundo. Ya totalmente loco, llegó entonces al más extraño pensamiento al que ningún otro desvariado había llegado nunca:le pareció conveniente y necesario hacerse caballero andante y salir por el mundo a buscar aventuras, poniéndose en peligros que le dieran nombre y fama.

Movido por estas ideas, se apresuró a hacer lo que deseaba. Comenzó por limpiar y arreglar unas armas que habían sido de sus bisabuelos. Después fue a ver a su rocín y, aunque era más flaco que una moneda, a nuestro hidalgo le pareció que era el mejor caballo del mundo. Pasó cuatro días imaginando qué nombre le pondría, porque, según se decía a sí mismo, caballo de caballero tan famoso debía tener un nombre conocido; y así, después de muchos nombres que formó,borró y quitó, añadió, deshizo y volvió a hacer en su imaginación, lo llamó Rocinante.

Puesto el nombre a su caballo quiso también ponerse nombre a sí mismo. Estuvo con este pensamiento durante ocho días hasta que, finalmente, decidió llamarse don Quijote. Pero, acordándose de que Amadís no se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que hbía añadido el nombre de su reino, Gaula, quiso, como buen caballero, agregar a su nombre el de su tierra y se llamó don Quijote de la Mancha.

Ya con las armas limpias y arregladas, con el nombre de su caballo y el suyo propio, sólo le faltaba buscar una dama de quien enamorarse, porque le parecía que un buen caballero andante sin amores era como un árbol sin hojas y sin fruto. Se decía don Quijote:

- Si yo, por mis pecados o por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como les pasa a los caballeros, y lo derribo o le parto el cuerpo por la mitad o, simplemente, lo venzo y se rinde, ¿no sería bueno enviarlo a que se ponga de rodillas ante mi amada y diga coz humilde:"Yo soy el gigante Caraculiambro, señor de la isla Malindrania, a quien venció en singular batalla el famoso don Quijote de la Mancha, que me mandó a presentar aquí para usted disponga de mí a su antojo"?

Cómo se alegró nuestro caballero después de haber hecho este discurso. Y más, todavía,cuando encontró a su dama. En un lugar cercano había una campesina muy linda,de quién él había estado enamorado un tiempo aunque ella jamás llegó a enterrarse. La muchacha se llamaba Aldonza Lorenzo, pero él la llamó Dulcinea del Toboso porque le pareció que éste era un nombre más parecido al de una princesa. Un nombre importante y lleno de música, como todos los que había elegido.