Como todas las mañanas,los chicos se despertaron entre los gritos de una madre muy bebida sin dinero para más alcohol. Cristian corrió hacia la cocina con cuidado de no hacer mucho ruido. Al llegar a aquel lugar al que llamaban cocina cogió de la despensa dos cajas de galletas,pues se les habían acabado en su escondite. Si,tenían un escondite donde escondían comida para desayunar y no encontrarse con sus padres.
Cuando se disponía a pasar por el pasillo vio su puerta abierta,lo cual lo alarmo puesto que su hermano se encontraba en el baño en una urgencia de ultima hora. Lentamente se dirigió hacia su habitación,una vez que estaba en la puerta se asomo un poco viendo a su madre cogiendo dinero de su escondite.
-¿Para que quieres eso?-dijo con un tono serio
Su madre pego un salto del susto e inmediatamente se guardo el dinero en el bolsillo derecho de su delantal.
-No tenia para hacer la compra,te prometo que te lo devolveré-
-Maria yo no soy tu banco,soy tu hijo y me llevas diciendo eso todos los meses, dices que es para comida pero la nevera siempre esta vacía,pero en cambio siempre hay alcohol. Si quieres dinero me lo pides pero no me lo robes,¿cuanto has cogido esta vez?-
-50-mentía,y Cristian lo notaba en su mirada y en su quebrada voz.
-Maria sal de mi habitación-
Cristian siempre le dejaba el dinero,quizás sea esa la razón por la que lo vuelve a hacer.
###
Hoy era un día duro para Cristian,primero lo de su madre y ahora su jefe había amenazado con empezar a despedir gente si no trabajaban más duro. Esperaba en la puerta del instituto a su hermano ,que a pesar de ser solo un año menor ,Cristian había decidido que si alguno de los dos tendría un futuro digno seria Gonzalo,pues se le daba muy bien todas las materias,no suspendía ninguna a pesar de su entorno. Una vez toco la campana los niños empezaron a salir y allí la vio,otra vez,con su falda de uniforme hasta las rodillas,no como las demás a las que a penas les tapaba algo. Observo toda su trayectoria hasta encontrarse donde ambos volvieron la mirada la frente.
Una vez salio Gonzalo,fueron a un supermercado que habían abierto recientemente. Como siempre,entraban como dos chicos normales que acaban de salir del instituto,cogían algo que no hubiera que cocinar como embutido,pan,salchichas crudas,pasteles,etc.
Una vez que tenían la comida uno compraba lo más barato y el otro salia disimuladamente hasta que al pasar por la alarma sonaba y salia a correr pero no hacia su casa,sino hacia cualquier lugar.
No querían malgastar el dinero que Cristian ganaba porque lo ahorraban para un futuro mejor,y todo aquel que los conociera sabia que no hacían lo que hacían por gusto sino porque sus circunstancias los obligaban. Ellos no eran como los demás chicos pues solo compraban ropa en casos muy extremos y al tener las mismas tallas compartían la ropa. Tampoco jugaban a videojuegos,ni tenían consolas,además compartían un teléfono móvil que no era gran cosa.
Al terminar de comer,donde comieran,se iban a la plaza con sus amigos. A veces,muy pocas veces,robaban o compraban alcohol porque simplemente se lo robaban a su madre en pequeñas cantidades. Tal vez no solo se lo robaban para consumirlo ellos con sus amigos,sino también para que su madre dejara de beber.
Cuando empezaba a anochecer se machaban a casa para que Gonzalo hiciera las tareas,trabajo y/o estudiara.
Y este es un día como otro cualquiera,vivían en una mal rutina de la cual querían salir y una vez fuera no volverían ni aunque les pagaran,pues criarse sin padres,con alcohol y siendo un delincuente no era para nada fácil. Si la policía descubría lo que Cristian hacia sus vidas serian aun peor.
ESTÁS LEYENDO
Casualidades
Teen FictionQuizás el destino quiso que un chico que fue castigado sin motivo,fuera recompensado con algo o alguien que le ayudaría a superar todo aquello por lo que fue castigado.