I|Sentencia|I

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Me levanté del catre lentamente al escuchar como las carretas pasaban al lado de la taberna en la cual me hospedaba, camine a donde estaba mi montaña de ropa, comencé a vestirme con mi camisa negra la cual no requería de botones, una chaqueta roja de cuero de jabalí, y mis pantalones de piel de cabra.

Baje a donde estaba el tabernero el cual me había criado desde que era un bebé porque según el me encontró en un río flotando encima de una canasta de ramas negras las cuales no pudo identificar. Su nombre es Yack, tiene una barriga cervecera y un sentido del humor muy característico ya que solo se ríe de chistes los cuales incluyan algún tipo de insulto, tiene una barba la cual le recorre toda la caja torácica, esta calvo de la cabeza y mide lo mismo que un enano de las montañas.

Yack: Buenos dias Jonathan, cómo has dormido?-

dice sin mirarme mientras lustra un vaso de cristal con su paño de tela.

Jonathan: perfectamente aunque las cuerdas de mi catre estaban un poco flojas, no te habras acostado en ellas no?-

mencioné con un tono algo burlon mientras tomo un vaso de detrás de la barra y lo meto dentro del barril de agua para tomar un poco mientras que con la otra mano tomo un gran pedazo de pan.

Yack se rió en voz baja por mi comentario y siguio su trabajo mientras yo desayunaba tranquilamente en la barra mientras algunos clientes entraban a hacer lo mismo que yo en las mesas que siempre usan.

La taberna de Yack era "tradicional" en forma de "L", tiene una barra de madera de pino con columnas talladas con cabezas de carnero de la misma madera hasta el techo del piso inferior, las mesas son pedazos de tronco los cuales tienen incrustado como base un trípode de madera el cual estaba tallado como patas de cabra, estas mesas son 10 frente a la barra las cuales están rodeadas de tres bancos de madera cada una y del otro lado hay tres mesas las cuales son rectangulares incrustadas en la pared rodeadas de bancos de madera.

Una vez termino de desayunar me levanto, me despido de Yack y salgo de la taberna a caminar por el pueblo, es un hermosos pueblo el cual tiene enfrente el castillo del reino al cual pertenece, a mi siempre me gustaron las vistas que tenemos, llego a la puerta del castillo la cual estaba cerrada con un afiche de papel el cual estaba hecho con la nueva imprenta del pueblo, este decía que se realizaría un torneo en el cual se daría como premio la mano de la hija del Rey, Mirna, ella es la mujer más hermosa que eh visto en mi vida y sinceramente pensé en entrar al torneo pero no creo poder ganar asique mejor ni lo intento.

Luego de unas horas deambulando por el pueblo decido volver a la taberna para encontrarme con dos guardias imperiales intentando sacar a Yack de dentro.

Jonathan: Que demonios hacen!?- agarró a uno de los guardias lo golpeó en la cara haciendo que se arrodille y luego le pateó a la cara.

Guardia2: Alejate mocoso tenemos órdenes de desalojar este local-saca su espada preparándose para pelear conmigo y asesinarme.

Jonathan: Pero por que!?- gruño poniéndome en la puerta del local dejando a Yack dentro.

Guardia2: Se ve que no dejarás que hagamos nuestro trabajo, bien que así sea-

se preparar para ensartar su espada en mi estómago de una estocada cuando un hombre en un semental blanco lo detiene.

Guardia2:Suelteme!!-

el guardia se da vuelta y si cara se pone blanca al reconocer a quien le gritó.

???: Sabes que es un delito matar sin justificación y que no te dejaron hacer tu trabajo no es una justificación-

el hombre me miro a los ojos muy serio y movió al guardia como si fuera arena

???: asique eres un revoltoso chico, yo era igual de joven, pero este lugar será embargado para volverlo la casa de la princesa y su futuro esposo, es posible ya que hasta que el fallezca no puede volver al castillo, asique si me permites-

el hombre se bajó del caballo y puso su mano en mi hombro, lo empujé lejos intentando alejarlo y el sonrió riendose en forma de burla.

Zorler: asique un debilucho como tú quiere desafiar al gran Zorler jajaja, chico hagamos una apuesta.-

Lo miro a los ojos con desconfianza y hago un gesto con la cabeza para decirle que prosiga.

Zorler: Es obvio que has oído que se celebrará un torneo en el cual el premio es la mano de la princesa, mi apuesta va de que si ganas tendrás la mano de la princesa y los papeles de esta taberna volverán a ese viejo, pero mientras se efectúe el torneo ese viejo vivirá hospedado en el castillo como un noble.

Dude por unos minutos y me cuestione dentro de la cabeza esa idea, Yack intento convencerme de que no lo haga porque no podría lograrlo, pero al final le respondí a ese gran... Gran... Se llamaba Zuler?

Jonathan: está bien, acepto tu apuesta.-

Los guardias comenzaron a reír a carcajadas y el hombre los hizo callar con un gesto de su mano.

Zuler: Es un trato, y ustedes escolten al anciano al castillo y que no me enteré de que le hicieron algo o yo mismo los asesinare. Por otro lado ya está escrita tu sentencia jóven.

Jonathan el EderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora