El callejón no era lo mismo después de la guerra. Habían muchos puestos vacíos y otros destruidos, como Olivanders.
La verdad,nose donde comprarían su varita los alumnos nuevos.
Camine hacia la tienda en donde deberían estar los libros para acabar de una vez en Hogwarts. Entre a la librería y una mano se poso en mi espalda.
-Malfoy -era la comadreja - ¿no se supone que deberías estar en Azkaban pudriéndote?
Estúpida zanahoria. En ese momento aparecio ella, mi chica, mi vida, lo único por lo que sigo aquí, Hermione Granger, acompañada de Sanpotter, entonces decidí humillar a la comadreja un poco y ver com se pone del mismo color de su pelo.- No crees Weasley, que tengo demaciado encanto y soy muy atractivo como para estar dentro de una celda?- Le dije con un tono de burla
-Tu no eres atractivo -me dice
-Más que tu si -le suelto y me voy pasando por al lado de Granger. Su olor a vainilla me vuelve loco pero me controlo para que no se note.
-Potter- le digo a modo de saludo-Malfoy -me suelta sin ningún entusiasmo.
Me dirijo hacia un banco y me siento. Verla junto a esos dos me ¿dolio? ¿molesto? Nose pero no me gusto, ella debería ser mia,pero claro, debe de odiarme.
En ese instante aparece y se sienta en mi banco pero bien alejada, esta roja de rabia, me gusta...
-Granger, que sorpresa, ¿no deberías estar con misswealey?
-Dejame Malfoy, no tengo ganas de discutir contigo
Vaya,no era mi intención hacerla sentir mal, me maldigo por ello.
-No discuto -le digo serio - solo que me sorprende que te hayas sentado al lado de un exmortifago como yo.
- No te tengo miedo
-No quiero que lo tengas - y me mira a los ojos. Esos ojos marrones que me vuelven loco, no puedo dejar de mirarla. Es entonces cuando veo la marca de sangresucia que le puso mi tia en el brazo.
Me siento mal y ella se da cuenta.
- Malfoy ¿te encuentras bien?
- Yo....he...esto...siento eso- señaló su brazo y me voy aturdido.
Yo estuve allí cuando ocurrió, y no hice nada porque soy un maldito cobarde. Weasley tenia razón, debería estar en Azkaban por haber dejado sufrir a la persona de la que estoy enamorado.
Camino hacia las chimeneas para volver a mi casa pero una mano me detiene, Pansy Parkinson.
-Lo que me faltaba...-le suelto.
-Yo también me alegro de verte Draco -me dice
-Pues yo no, asique me voy, adiós Parkinson.
Y me fui.
Una vez en mi casa me tumbe en el sofá del salón y llore maldiciendo mi vida y preguntándome si mi amor me daría una oportunidad.