c i n c o.

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RaeSun se levantó y caminó hasta el cuarto de baño para tomar una ducha. Mientras lo hacía recordaba a YoonGi y sus palabras. No tenía sentido, el chico le gustaba hacía meses y luego, de la nada, se acercó y le pidió que fueran amigos.

Nadie se acercaba a ella porque era reservada, el tiempo en la escuela lo pasaba con su música y sus libros. No le gustaba hablar con nadie porque todos le parecían falsos. Las personas no podían estar solas porque sentían que era algo malo y entonces hablaban con quien pudieran, les agradara o no. No eran más que tonterías. A ella le gustaba estar sola, quizás porque no había encontrado a alguien con quien se sintiera cómoda. Entonces llegó YoonGi.

Un par de días de su compañía habían pasado y ella no podía sentirse mejor.

No quería acostumbrarse. Llegaría un momento en el que el chico se cansara de ella y se fuera, pero trataría de disfrutar su compañía mientras él se lo permitiera.

Salió del baño luego de un rato. Ésta vez había tardado más de lo usual y se le hacía tarde. Así que después de alistarse, bajó a la cocina, tomó un puño de galletas y se fue a paso rápido. Su madre no había llegado a dormir de nuevo y su padre seguro se había ido a trabajar antes para distraerse.

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YoonGi buscó a la pelinegra con la mirada desde la puerta de su aula. Quería ir a darle los buenos días cuando fuera a su casillero porque bueno, cualquier amigo en proceso lo haría, ¿no es así?

–Pst. –NamJoon, que estaba junto a él, llamó su atención- En la puerta, paso rápido, mejillas más rojas de lo normal.

YoonGi miró hacia donde el de pelo rosa le indicó y una sonrisa amplia se le escapó. Una apurada y despeinada RaeSun pasaba la puerta de entrada.

Emprendió camino hacia la chica que estaba llegando a su casillero, se puso detrás de ella y cubrió sus ojos con sus manos.

RaeSun se sobresaltó, aunque era fácil saber quién era. Trató de ignorar que su sentido de la vista estaba siendo bloqueado mientras seguía guardando libros en su casillero.

YoonGi frunció el ceño.

–Se supone que tienes que adivinar quién es. –el peliverde retiró sus manos y la chica cerró la puerta, volteándose hacia él.

–Eres la única persona que se me acerca, no es muy difícil adivinar. –YoonGi hizo un pequeño puchero y la chica se rió un poco, porque simplemente era demasiado tierno– Oiga, señor pucheros, llegaré tarde a mi clase.

RaeSun trató de caminar pero YoonGi se puso en frente suyo de nuevo.

-No puedes ir a clases con los cabellos regados por todos lados. –la pelinegra tocó su cabeza rápidamente- Tranquila, no es demasiado.

YoonGi retiró las manos de la chica y se puso a acomodar los mechones rebeldes de aquel cabello negro que era tan suave como lo había imaginado. La chica enrojeció y bajó la vista dejándose hacer.

–Listo. –el chico sonrió levemente.

–Gracias. -RaeSun tocó sus mejillas tratando de ocultar el rubor.

–Te veo luego. -la chica asintió y se fue a su salón tratando de quitar la sonrisa de su rostro para no quedar como una loca que se reía sola.

-

YoonGi salió unos minutos antes de la clase anterior al almuerzo, por lo que decidió adelantarse a llegar al árbol del patio trasero. Pronto se le haría una costumbre.

Estando ahí, aprovechó los minutos que tenía para adelantar una tarea de matemáticas que habían encargado para el día siguiente.

RaeSun llegó luego de un rato y se quedó observándole unos segundos. Lucía muy concentrado haciendo algo en su cuaderno y no quería interrumpirlo todavía. YoonGi la había visto por el rabillo del ojo y al notar que no avanzaba, levantó la vista y le sonrió.

–¿Qué haces? –preguntó recorriendo el camino que le faltaba para llegar y se sentó junto a él. El chico sólo le enseñó su cuaderno y a ella se le escapó una mueca– Matemáticas no es lo mío.

–No es tan complicado. –el peliverde levantó los hombros– Si tienes dudas con algo puedes decirme.

–Gracias. –asintió levemente y sonrió. YoonGi cerró su cuaderno.

–Así que, como tu amigo en proceso quiero saber cosas sobre ti. –la chica se miró las mangas y las estiró para que cubrieran sus manos mientras lo escuchaba– Si no quieres responder algo sólo dime, ¿de acuerdo?

RaeSun volvió a asentir.

–Bien, será lo básico. –se arrastró para quedar frente a ella, pues era más cómodo que verse de lado. Además, quería ver sus reacciones y percatarse de si tocaba fibras sensibles pues al final todo el mundo podía tener problemas– ¿Cuántos años tienes?

–Tengo dieciocho –la chica decidió que no era correcto que sólo él supiera cosas, así que preguntó – ¿y tú?

–Diecinueve. –YoonGi se rió un poco y pensó que lo de las edades era algo obvio, aunque igual era bueno saber– ¿Cumpleaños?

–Veintiséis de abril, ¿y el tuyo?

–Nueve de marzo. –infló las mejillas pensando en algo– ¿Qué te gusta hacer?

–Leer –la chica mencionó sin pensarlo, haciendo que el de pelo verde sonriera– pero dibujar me encanta también, ¿y a ti?

–Me gusta componer música y rapear. –RaeSun sonrió. Se le pasó por la cabeza que quizás algún día podría escucharlo o leer algo de lo que escribía. Aunque no quería irse muy lejos– ¿Te llevas bien con tu familia?

La pelinegra asintió un poco.

–Normal, supongo. No convivo mucho con ellos, –se apresuró a hablar para que no preguntara algo nuevo acerca de eso– ¿tú qué tal?

–Mi relación con mi mamá era buena pero ya no está. –YoonGi dijo calmado. Ya no le dolía tanto hablar de ella, se había convencido de que las cosas pasaban por algo– Y a mi papá le veo una vez al mes, más o menos.

RaeSun se sintió mal por preguntar y tomó una de sus manos tímidamente.

–Lo siento. –le dio un pequeño apretón y el peliverde sonrió, negando con la cabeza.

–Está bien. –cubrió sus manos juntas con su mano libre– Hace mucho que dejó de doler.

La plática se había tornado triste, por lo que YoonGi decidió reanimar todo, continuando con sus preguntas y evitando involucrar a la familia, conociendo un poco más el uno del otro a medida que el tiempo pasaba.

Sus manos siguieron juntas sin notarlo, hasta que el timbre sonó y ambos se levantaron para caminar hasta el aula de la chica.

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A/N: Hola, ¿qué tal va su sábado? 🌈

El mío ha sido muy aburrido bc tengo un esguince en el tobillo por una caída en educación física y me mandaron a reposar:(. Estar acostada mucho tiempo no es bueno, ¿saben? Anwjs. Lo bueno aquí es que pude entretenerme un rato escribiendo esto, tejeje.

Como sea, espero que les guste🌸 nos leemos.

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look at me ➳ m. yoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora