Amor

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Amor, lo siento, lo pienso.
Aunque...esto último no sea bueno.
Sería, de alguna manera, encasillarlo.
Absorber el elixir que desprende.
Cortar sus alas.
Quitar su libertad.
Sentirlo, dejarlo ser.
Verlo actuar, con sus errores y con sus aciertos.
Al amor, no hay que asfixiarlo, se fatiga fácilmente.
Él tiene las sonrisas verdaderas.
¿Sus caricias? Las mejores del mercado.
No lo decepciones, sus lágrimas, inundaran tu mente y no querrás ahogarte.
Cuando lo sentís, todo a tu alrededor, brilla.
Lo malo deja de ser malo, y lo bueno, es más bueno aún.
En su estado más puro, te sentirás liviano, tanto que, creeras estar flotando.
Está cuando todo parece derrumbarse y todos corren.
Entonces, ¿Por qué pensarlo?
Mejor, vamos a sentirlo y brillemos juntos.

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