Capítulo 1 - Verano

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Se siente el cambio repentino y la inmensa ola de calor que golpea el viento. En ocasiones pienso si fue lo correcto venir hasta aquí, pero no me dejaban muchas alternativas, entre quedarme en la casa de los Tristán a prácticamente cuidar a sus hijos y escuchar sus platicas sobre el comité de vecinos, creo que esto está mucho mejor.

Mis papás tuvieron que salir por una situación de trabajo a Texas y no podían dejarme sola en casa, además de que me aburriría. Así que hemos decidido que me quedaré en casa de la abuela durante todas las vacaciones.

Trato de relajarme ya que no quiero que sea un viaje pesado e intento no pensar en que tal vez pasaré las vacaciones tejiendo suéteres para invierno o plantando arbolitos en el jardín.

Suena agotador.

El lugar en donde vive mi abuela es un pueblo muy pequeño, ahí todos conocen a todos y los rumores siempre están en el aire. Con suerte yo no formo parte de ellos y tal vez pueda conocer a nuevas personas ya que muchos suelen ir ahí para descansar.

Llegamos a la ciudad y empiezo a mirar por la ventana: parece que nada ha cambiado. Algunos edificios y locales, áreas verdes, plazas comunitarias, todo sigue igual. Incluso el mismo señor que vende los helados se prepara para tal vez su mejor época del año.

- Llegamos June. ¿Lista para unas laaargas vacaciones?

- Sí, supongo que sí.

Bajamos las maletas del auto y me despedí de mis tíos.

- Gracias por traerme.

- Adiós linda, nos vemos en unos días.

Cuando entré a la casa de mi abuela, ella me recibió con un fuerte abrazo y un poco sorprendida.

- Pasa, pasa y ponte cómoda. Arriba te preparé un cuarto e hice tu comida favorita.

- Gracias abue, iré a dejar mis cosas.

La habitación, y la casa en general, era cálida. Poseía un aspecto rústico y siempre me gustó, ya que me recordaba una casa del árbol a la que siempre iba cuando era niña. El cuarto en el que me quedaría estaba bien organizado y limpio, pero temía que cuando me fuera, no quedara igual.

- Mmm, huele delicioso, gracias por preparar todo esto.

- Sabes que siempre hago lo que me pidan mis niños.

Disfruté cada bocado del espagueti de la abuela, lo único que me preocupaba es que si seguía así, saldría rodando de la casa para cuando el verano terminara.

Se fue haciendo tarde así que decidí subir a mi habitación y dormir.

Al día siguiente, decidí ir a dar una vuelta por la piscina y leer un rato. Con suerte me encontraría a algún chico guapo de los que siempre están por ahí. Pero no. Lo más lejos que llegué fue a tratar de evadir al conserje con sus sonrisitas, ya que no es muy agradable cuando le faltan dos dientes.

Tomé mi bici y me fui lejos de ahí hacia "El Bosque", así lo llamábamos mis primas y yo ya que siempre estaba lleno de árboles y pinos gigantes.

Saqué mi cuaderno y empecé a dibujar el paisaje: los árboles, la luna y las montañas que se veían a lo lejos. El ambiente era bastante agradable, la noche siempre sentaba bien con la brisa fresca de verano.

Unos minutos después alcancé a divisar algo en el cielo, era poco común, me empecé a cuestionar a mí misma.

¿Será un avión...pero, qué hace por aquí? ¿Es un OVNI? ¿Será un águila?

No pasó mucho tiempo antes de que pudiera resolver mi duda. Me adentré en el bosque y vi algo aparentemente estrellado, y en el suelo, tirado, a un chico.

- Oh no, ¿Estás bien? Déjame ayudarte.

El joven tosió y se apartó del piso. Era muy alto. Tenía un rostro delgado pero una mandíbula bien marcada. Su cabello era de un color cenizo. Parecía confundido y a decir verdad, desorientado. Me miró. Dentro de mí sentí algo extraño. Tenía unos ojos ligeramente claros, y muy profundos.

- Oye, ¿qué sucedió? Dime dónde vives y tal vez pueda llevarte.

No respondía. Exploraba su alrededor pero era como si yo no dijera nada.

- Holaaaa, Tierra llamando a ----- - recordé que no sabía su nombre – oye, enserio ¿estás bien?, esto me empieza a asustar un poco.

Seguía igual así que me acerqué más y pude ver que algo estaba atorado en el suelo. Algo extraño. Tal vez sí era un ovni, pero eso no podía ser cierto ya que no existen. La cabeza me daba vueltas. De pronto sentí que alguien me tocaba el hombro y mi corazón se detuvo por un segundo.

- ¡Ah! ¿Qué sucede?

La expresión en el chico cambió. Parecía estar muy triste.

- Mira, no estoy muy segura de lo que pasó, pero no te preocupes, si quieres puedo ir a buscar a alguien que nos ayude, hay algunos alguaciles aquí cerca.

Parecía entenderme así que empezó a girar la cabeza como si estuviera en desacuerdo. Comenzaba a comprenderlo un poco, parecía que de verdad no quería que lo descubrieran.

Lo llevé a casa. Pero la abuela no podía saber, no me creería nada de lo que sucedió esa noche. Entramos sigilosamente a la biblioteca y le dije que se quedara ahí.

Me fui a dormir, o al menos, a intentar. No podía dejar de pensar en lo que pasó, parecía un sueño, pero era tan real. Daba vueltas y vueltas en la cama pero no lograba conciliar el sueño.

Me levanté. Y la abuela me escuchó.

- ¿Aún sigues despierta Juny? – así me decía la abuela de cariño.

- Emm, sí. Quería un vaso de leche, pero no te preocupes.

- Está bien, asegúrate de apagar la luz de la biblioteca cuando termines de leer.

- ¿Qué? – me tomó por sorpresa y corrí hacía allá.


Hola, esta es la primera historia que escribo les recomiendo que la lean con la música que puse arriba :) Por favor déjenme en los comentarios si les gustó o qué podría cambiar


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