Capítulo 5 - ¿Despedida?

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A la mañana siguiente desperté y me apresuré para ir con Kevin y decirle todo lo que tenía planeado para ese día.

- Ir al cine y ver la saga de Crepúsculo, ir a que compres un iPod con el dinero que has ganado de ayudar a mi abuelita, comer en una pizzería...

- Planeas que hagamos eso, ¿todo hoy?

- Sí.

Kevin hizo una cara absurda pero fingí no haberlo visto. Compramos los boletos para ir al cine y justo a la mitad de la película volteo y veo a Kevin dormido y roncando. La gente volteaba y lo callaba, y yo, me llevaba toda la vergüenza.

- ¡Pero qué película más aburrida!- dijo Kevin en tono burlón.

- ¿Cómo es que la ves con los ojos cerrados? No me explico eso.

- No sé de qué me hablas. Escuché cada uno de esos diálogos tontos adolescentes.

Ambos reímos. Después arribamos en un buffet de pizzas y probamos cada una de las que había: pepperoni, hawaiana, mexicana, etc.

- Esto sí es buena comida.

- Hasta que coincidimos.

- ¿Qué sigue?

- Ir a la tienda de música.

Fuimos a la tienda de música y le enseñé algunas de mis bandas preferidas a Kevin, su cara era muy extraña como si fuera una especie de música egipcia, pero ahora que lo pienso así, para él tal vez sí fuera así.

- Esperemos que en Júpiter se pueda oír.

- Créeme, en "Júpiter" tenemos más tecnología que aquí.

- Ajá.

Dieron las 6:30 pm y ya empezaba a oscurecer.

- ¿A qué hora te irás?

- No lo sé, tal vez  en 3 horas, no tengo idea.

Nos sentamos en el pasto, en "El Bosque" justo en el mismo lugar donde había empezado a dibujar la noche que cayó su nave espacial, ovni mejor dicho.

- ¿Dónde está Vaner?

- No sabría ubicarlo, no soy muy bueno en matemáticas.

- ¿Matemáticas? Eso no tiene nada que ver.

- ...Rayos.

Sonreímos. Pero a la vez estaba triste de que se fuera a ir.

- ¿Piensas volver Kev?

- Es lo que quiero, pero no sé.

- Tienes que volver pronto.

- Lo sé.

- Prométeme que no olvidarás nada Kevin.

- Tengo mala memoria, tal vez hasta olvide cómo hablar en español.

- Muy gracioso.

- Lo prometo.


Recargué mi cabeza en su hombro y así estuvimos al menos 30 minutos.

- Creo que va siendo hora de irnos- dijo Kevin.

Inesperadamente, lo abracé. Jamás pensé encariñarme tanto con una persona que no conocía de tanto tiempo.

De pronto, un hombre, vestido de una manera muy elegante se aproximó a nosotros.

- Hora de irnos.

Kevin se quedó callado e ignoró al hombre calvo.

- Hasta luego.

- Te quiero Kev- besé su mejilla mientras tomaba su mano.

Después, él la soltó.


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⏰ Última actualización: Feb 03, 2016 ⏰

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