A través del amanecer

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  Miedo. Miedo a sus propios sueños. Miedo a sus abstractas y diabólicas imaginaciones. Miedo a que estas se convirtieran en realidad. Así vivía Astrid. Vivía aferrada a un miedo abrumador, un miedo el cual ni ella misma lograba comprender. ¿Oscuridad? Si, pero no una oscuridad cualquiera. Una oscuridad con forma malévola, la cual se extendía cada vez más rápido por cada rincón de su corazón.  

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