✔Scenario

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Shibata Kai & Kise Ryota

Kise solía tener muchísimas buenas ideas y algunas no tan buenas, por no decir muy malas. Como que se dejaba llevar por la emoción y olvidaba algunos detalles.

Ir al parque de diversiones había sido una de esas muchísimas buenas ideas, la mala idea vino cuando se le olvidó que Kaicchi tenía un estado físico tan pobre que eso de andar corriendo de aquí para allá entre una atracción y otra no era lo mejor. Y esa, en resúmen, era la explicación de por qué ahora ella estaba sentada en un banco, respirando profundamente mientras descansaba y escuchaba las exclamaciones emocionadas de Kise queriendo ir a todos los juegos existentes en el parque.

— ¡Kaicchi! ¡Vamos a la casa del terror! ¡Vamos, vamos, vamos!— Kai dio una inspiración más profunda todavía porque Dios. Si no lo quisiera tanto, diría que Kise es insoportable; era como un pequeño niño en ocasiones. O como si tuviera baterías interminables.

— Calma, conejito Duracell. Dame un descanso— dijo, aunque se levantó y entonces Ryota sonrió con emoción y la tomó de la mano para llevarla directo a la casa del terror.

He ahí otra de sus muy malas ideas. Para empezar, a Kai no le daban miedo las casas del terror (menos si el viaje no era a pie, como en esa casa), o sí, pero no lo demostraba. Cosa que no pasaba con el rubio... Quien estuvo casi todo el viaje asustado, paranoico y dando gritos de vez en cuando, ganándose miradas de resignación de reojo por parte de su compañera. Sin embargo, llegó un punto casi al final del camino en el que todo el ambiente se volvió tan tétrico que incluso Shibata estuvo paranoica, ya podrán imaginarse a Kise. Fue justo en ese momento en el que, con el último susto, entre la oscuridad, los gritos y los movimientos inentendibles, Kai acabó con un tic nervioso en un ojo, abrazando con fuerza a Kise mientras el rubio tenía la cabeza escondida debajo del suéter de la muchacha.

Ahí, al salir, cuando ella se dio cuenta de eso, su tic se intensificó, miró a su alrededor y señaló a Kise como pidiendo una explicación.

— ¿Esto en serio está pasando?

Nota mental: nunca volver a entrar en una casa del terror con Kise Ryota.

Book of (not so) brilliant ideasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora