Ya habían pasado varios días los cuales los pasé con mi hermano y conociendo un poco la ciudad. Ken se fue a la mañana siguiente de la discusión pero antes de eso me dejó una carta en la que me decía que podía usar esa tarjeta de crédito para emergencias y a emergencias se refería a cosas de la farmacia y no a emergencia de chicas. Además me dejó un par de copias de las llaves de casa y del coche de Marc, el cual ni nada más ni nada menos que era en el que monté ayer. Pero bueno, echaré de menos mi moto y las carreras. Y por último me puso que no me metiese en problemas y me portase bien. Cómo que eso sería posible.
Ya lo dije, me encanta todo lo que tenga motor. En Londres siempre iba con mi mejor amigo a las carreras y ambos competíamos pero yo siempre le gana. Puff cómo echo de menos la sensación de adrenalina corriendo por mi sangre, me tengo que enterar si aquí también hay de eso.
Ya era domingo y sólo quedaba un día para empezar el instituto. Me levanté de la cama y miré la hora de mi móvil, las cinco de la tarde. Pues si que había dormido. Fui directa al cuarto de baño común puesto que todavía aún el mío no estaba arreglado. Espero que lo arreglen de una vez. El agua caliente caía sobre mis hombros mientras yo pensaba en cómo sería mi primer día de clase. Nuevo instituto, nuevos compañeros, nuevas zorritas, y nuevos profesores a los que hacer bromas, supongo que no estará mal del todo.
Pasados unos 10 minutos decido salir de la ducha para ir a desayunar dado que mi tripa empezaba ya a sonar del hambre que tenía. Esto me pasa por no cenar pensé.
-Mierda. - susurré al darme cuenta de que no me había traído la ropa de recambio. Coloqué una toalla al rededor de mi cuerpo y salí del cuarto de baño, lo peor que me podía pasar sería que mi hermano me viese por lo que salí corriendo dirección a mi habitación. Pero sólo pude dar cuatro pasos ya que choqué con un cuerpo haciéndome que cayese al suelo de culo.
- ¡Genial Marc! - le grite mientras me levantaba y me acariciaba mi culo dolorido - ¡A la próxima mira por donde vas! - grite más alto mientras me colocaba bien la toalla y miraba por primera vez a mi hermano.
Oh no, este no es mi hermano.
En frente de mí había un chico de mi misma edad, igual uno o dos años mayor que yo, con un bronceado espectacular que cualquier mujer envidiaba seguro , de hombros anchos y cintura estrecha. Su pelo era rubio y sus ojos azules que resaltaban más de lo normal por su bronceado. Me quedé embobada inspeccionándolo mientras en su cara su sonrisa se ensanchaba.
-Hola preciosa- me dijo mientras me observaba de arriba abajo y separaba mucho tiempo mirándome el escote. A lo que yo me cruce de brazos ganándome unas cuantas carcajadas por su parte con las que me volví a quedar embobada.- Esta vez Marc se superó con su zorrita.
Al escuchar cómo me llamó solo me dieron ganas de golpearlo y eso fue lo que hice, le di un puñetazo en su nariz haciendo que de ella saliese un poco de sangre. Se lo merecía por llamarme lo que me llamó. Él, en cambio, se sorprendió por lo que hice.
El chico de ojos azules apretó los puños empezó a reír y a negar con la cabeza mientras se acercaba peligrosamente hacía mí, a lo que yo retrocedía hasta que mi espalda chocó contra la pared. Me encontraba acorralada dado que el apoyó sus manos en la pared del pasillo impidiéndome la salida. Pero estaba dispuesta a encararlo si hiciese falta, no le tenía miedo.
- Preciosa no debiste hacer eso. - dijo cerca de mi oído a lo que yo me estremecí y él lo debió de notar porque su sonrisa se ensanchó y yo mientras me ponía cada vez más nerviosa ya que él cada vez estaba más cerca de mí, invadiendo mi espacio personal.
Lo intenté empujar con todas mis fuerzas hacia atrás pero justo cuando mis manos le tocaron me sonroje y no sabía el motivo. Él debió de notarlo porque se acercó otra vez a mi oído para decirme en un tono muy sexy - Si solo querías tocarme podrías haberlo dicho, podríamos llegar a un acuerdo. - y después de eso besó mi cuello. A lo que noté un cosquilleo muy raro en mi estomago el cual nunca había sentido antes con ningún chico, lo que supuse que serían mis ganas de vomitar porque ese chico era lo único que me hacia querer, vomitar.
ESTÁS LEYENDO
Mi vida Entre chicos
Teen FictionCuando la madre de Nathalia Colins muere, su abuela se hace cargo de ella hasta que llega a tal punto de no poder seguir mantenieldona por más tiempo. Por ello aparece de nuevo su padre, aquel que la abandonó a los 8 años llevandose con él a su herm...