Ya se acercaba la media noche, no podía dormir están en vela esperando a que mi madre volviera, estaba tan preocupada ya que siempre que ella tenia una pelea fuerte con mi padre, se iba y a las 2 horas regresaba.
Decidí llamarla, la llame varias veces, pero nunca contesto, tenía tanto sueño estaba tan cansada que me quede dormida.
Me desperté a causa de un ruido que provenía del teléfono, lo cogí rápidamente y el número que estaba llamando era del celular de mi mamá, me sentí aliviada.
Al contestar, no era ella...
- Aló? - conteste.
- Buenas noches, con Raúl Anderson - dijo una voz masculina desconocida.
- No, en este momento no se encuentra - dije ya que mi padre estaba borracho y dormido.
- Bueno... Entonces Con quien hablo? -
- Soy su hija, Mía Anderson.
- Se encuentra algún adulto con usted? -
- Depende, Como para que? - dije dudando.
- Es que necesito hablar con un adulto urgente.
- Pero que ocurre? Digamé a mi, soy su hija.
- Bueno... La señora Miranda Vera sufrió un accidente automovilístico, ahora esta siendo trasladada a un hospital, necesito que un adulto venga de inmediato al hospital central.
- .....
- Señorita, se encuentra bien?
- Si, estoy bien - dije con voz temblorosa y lágrimas en los ojos.
Destrozada por aquella noticia colgué el teléfono, me sentía tan mal que no tuve fuerzas para caminar que caí al piso a perderme en un mar de lágrimas, sollozaba silenciosamente para que mi hermano no escuchará.
Aún con todo ese dolor, no podía quedarme sin hacer nada, cojí un suéter y corrí al hospital, aunque quedaba lejos, desesperada llegué.
Al entrar al hospital, llegue a la recepción y pregunte por mi madre, nadie respondía el paradero de mi madre y eso me desesperaba más.
Fue cuando vi a una camilla entrando rápidamente al quirófano rodeada de enfermeras, antes de que entrará, alcancé a ver a mi madre y corrí hacia la camilla.
- Mamá, mamá, ya estoy aquí, que fue lo que paso? No te preocupes todo estará bien, no me dejes - dije con lágrimas en mis ojos sintiendo como mi mundo se desmoronaba enfrente mío y una debilidad que me mataba- Prometiste que estarías toda la vida conmigo, no me dejes por favor, no me hagas esto.
Seguí llorando hasta que mi madre paso su mano por mi mejilla secandome las lágrimas con sus últimas fuerzas y me dijo:
- Te amo y siempre lo haré aunque ya no este contigo, eres fuerte, se que lo eres y saldrás adelante junto a tu hermano - dijo mi madre con su último aliento.
Ese día, mi mamá utilizó sus ultimas fuerzas para despedirse de mi; fue lo peor que me pudo haber pasado desde ese momento nada volvió a ser como antes.
------------------------------------------------
Hola!!
Uy eso dolió, no me gustaría estar en los zapatos de Mía
Debió haber dolido bastanteDejen sus comentarios!!

ESTÁS LEYENDO
Me Salvarás?
JugendliteraturTrata de una chica llamada Mía que sufre un accidente y empieza a recordar su pasado, las cosas por las que tuvo que pasar como la muerte de su madre o que en el colegio le hacían bullying. Escrito por: Mónica Duque Eduarda Hormaza