Capítulo 1.

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Las vacaciones habían pasado volando, ya era septiembre. Un nuevo año de enseñanza le esperaba a Guillermo en el Instituto Monserrat. Lo que significaba que conocería a nuevas personas.

— Guillermo Diaz, más te vale que tengas tu uniforme y útiles listo, o te quedas sin consolas por una semana.- gritó Margaret, la madre de Guillermo.

Y precisamente hoy comenzaba en el instituto más importante de España, el Monserrat.

— Que si mamá... Espera un momento, ¡NI SE TE OCURRA TOCAR MIS CONSOLAS!.- respondió saliendo rápidamente de la ducha.

Guillermo Diaz, un hábil nadador, que a sus 16 años ya había logrado ganar más de 5 veces competiciones profesionales, viajando a diferentes partes de España por torneos, etcétera. Y claramente ser un excelente nadador tenia sus ventajas, como tener becas en los institutos más prestigiados de España, en este caso la elegida fue el Monserrat, ubicado en Barcelona.

— ¡Baja a desayunar de una vez, agotarás mi paciencia!.- grita nuevamente Margaret luego de 5 minutos.

Guillermo solo rodó los ojos y murmuró un "Joder, que mujer", para luego ponerse ese feo uniforme y bajar a desayunar.

— Por fin, Willy.- dice Karol, su hermana.

— Karol, no me apresures tú también.- responde Guillermo seguido de un suspiro.

— Guillermo, ¿Piensas ir caminando? ¿O tengo que avisarle al chófer?.- pregunta Margaret entrando al comedor con el desayuno.

— Iré caminando.- aclaró Guillermo.

— Entonces apresurate, hijo, tardarás 20 minutos.-

—Prefiero no desayunar, me voy retirando.- dice levantándose de la mesa.

(...)

La única expresión que podía utilizar Guillermo para describir el lugar era "Es flipante", y claro que tenia toda la razón, ese lugar no podía ser un aburrido instituto, era hermoso.

— Disculpa, ¿Tú eres Guillermo Diaz?.- preguntó una voz varonil a sus espaldas.

— Claro. ¿Por qué?.- dijo volteandose para encontrarse con un lindo chico de ojos verdosos, rubio y bastante alto a decir verdad.

— Primero que nada, me llamo Rubén, y pertenezco al comité de bienvenida, si apeteces te puedo mostrar el instituto.- dice sonriendole - Por cierto, eres el mejor nadador que hemos recibido.-

— Oh, gracias Rubén, por cierto dime Willy. Y agradecería rotundamente que me des un recorrido, veo que el lugar es gigante. Gracias a ti no me perderé.- sueltan una carcajada ambos.

— Entonces sigueme, Willy.- señala las escaleras.

Estuvieron al rededor de 10 minutos recorriendo las partes más importantes del instituto. Las clases comenzarían en unos 20 minutos.

Guillermo y Rubén estaban hablando tranquilamente sobre vídeo juegos, ya que era un tema que a los dos les interesaba bastante. Todo estaría bien de no ser por ese castaño corpulento, junto con otros 2 chicos golpeando a un pelinegro con lentes como si no hubiera un mañana.

— ¡MANGEL, DEJENLO GILIPOLLAS!.- gritó Rubén desesperado.

Estaba tan concentrado en gritar que dejarán en paz a Mangel que no se había percatado de que Guillermo se encontraba a pocos centímetros de ese castaño.

— SU-EL-TA-LO. ¿Que parte no entiendes, descerebrado?.- dijo el de ojos rasgados desafiando con la mirada a el castaño.

— Mmmh, ninguna.- sonrió arrogante - Obligame, Diaz.-

Lo que faltaba ese cabrón lo conocía.

Ya no había nada que decir. Estos dos chicos se despreciaban mutuamente. Su primer encuentro no había sido para nada agradable. Dos polos totalmente diferentes... Pero que se complementan.

Guerra de atención. {Wigetta}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora