La Primera Llegada

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Al igual que todos los veranos, todos mis hijos e hijas venían a pasar las vacaciones a mi casa. Una pequeña finca donde yo me crié, pero eso es otra historia. Bien, como iba diciendo; todos los veranos pasaban las vacaciones allí, con mi mujer Verónica y yo.
Pero este año, fue distinto a los demás. Al menos yo lo recuerdo así:

30 de Junio de 1974

Me levanté como todos los días a las 6:00 am para empezar a plantar lechugas y patatas.
Cuando me levanté, me vestí con mis tirantes, y me puse mi boina, como siempre hacía.
Al acabar de hacer las cosas que tenia que hacer en el huerto, me fui al bar de el tío paco, y como siempre, tenia allí esperando a mi cuadrilla para jugar al dominó. Mi cuadrilla estaba compuesta por cuatro personas: Nacho, el andaluz; Mario el pescadilla; y Diego de la vega (conocido como el cardoso); y yo, Don Joaquín Igartiguru (conocido como El Vasco, o como El Abuelo).

Mario: Hoy te has retrasado un poco Vasco.

Nacho: Típico de los Vascos, llegando tarde a todos los sitios.

Yo/abuelo: Para vuestra información, se me ha roto el tractor y he tenido que repararlo.

Diego: Yo os dije que si el vasco llegaba tarde era por una buena razón.

Yo/abuelo: Me alegra saber que al menos me apoyas en esto.

Diego: Quien? Yo? Pero si lo he dicho solo para hacerle la contraria a ellos.

Yo/abuelo: Hay que ver que gracioso el cardoso (ironía). Bueno ya, dejaos de bromas que hoy viene una de mis hijas, y si queréis jugar más vale que empecemos ya.

Empecé a menear las fichas y cada uno cogieron las sillas y empezamos a jugar.

Mario: ¿Y cual de tus hijas viene hoy?

Yo: Pues hoy viene mi hija mayor Salma.

Nacho: Ah si, recuerdo cuando pasaba corriendo delante de mi casa y me saludaba, con una sonrisa de oreja a oreja.

Mario: Hay que ver que rápido crecen. Yo tengo a mi hijo Antonio, que se fue a la Ciudad para encontrar trabajo, y creo que vendrá este verano por aquí.

Nacho: Pues yo tengo a mi Almudena trabajando en Cádiz en un Hospital.

Diego: Pues a mi nunca me ha hecho falta tener hijos, he estado bien solo con mi mujer Catalina.

Echamos varias manos al dominó, y sobre la 1:39 me fui a mi casa a esperar a Salma.

Yo/abuelo: Ya he llegado Vero (abreviatura de Verónica).

Vero: Ya era hora, que te necesito, vete a comprar los garbanzos para el cocido.

Yo/abuelo: Me lo podías haber dicho cuando estaba en el pueblo.

Vero: Si claro, tengo la voz yo como para gritar, además que se van a creer los vecinos si me oyen gritar.

Yo/abuelo: Pues lo que eres una vieja bruja.

Vero: Ahora te la has cargado. -Me cogió de la oreja, y me empezó a estirar de ella como si no hubiera un mañana-

Yo/abuelo: Vale vale, voy pero para de estirar, que me van a llegar al suelo las orejas.
-paró de tirarme de las orejas-

Vero: Al menos las orejas de te harían juego con tu barriga.

Yo/abuelo: Y tu papada con tus domingas. -en cuento dije eso salí corriendo de la casa por lo que pudiera pasarme-

Vero: Pero seras... Vuelve aquí cobarde, -decía mientras sujetaba un rodillo en las manos-

Yo/abuelo: Volveré cuando compre los garbanzos.

Memorias Del AbueloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora