perdidos en un mar verde

una pesadilla cuenta la historia

Camino por un pasillo oscuro con mil puertas y ventanas, pero solo me importa una la cual brilla y me atrae, cuando estoy frente a ella tomo el pomo con temor ya que irradia calor pero para mi sorpresa esta frio, abro la puerta y una luz me siega, luego de un rato me acostumbro y puedo ver lo que me rodea un prado verde con flores y a lo lejos una niña pequeña corre hacia una mujer muy bonita cuyos ojos miran a la niña, muy dulcemente abraza a la niña y la lleva hacia un árbol el cual tiene un columpio, la niña ríe emocionada y la mujer la columpia, después de un rato se sientan las dos y hablan luego de unos minutos la mujer se para y de la mano lleva a la niña hacia un bosque, la niña camina feliz hasta que se da cuenta que la llevan a casa y se pone a llorar yo me acerco y me quedo a un metro de ellas la mujer le dice que se tienen que ir y que pueden volver mañana la niña acepta y ambas atraviesan el bosque con migo atrás, de golpe me doy cuenta en donde estamos es el bosque que hay atrás de mi casa llegamos a el jardín y donde hay un hombre esperándolas y todo se forma el hombre es mi padre y esa niña soy yo por lo cual la mujer es mi madre, la mujer le da un beso a la niña y uno al hombre y se sube a un wolsvagen verde, el motor se prende y el auto sale por la calle en eso todo se vuelve negro y cuando se aclara veo a el mismo hombre llorando y el teléfono en el suela y sin escucharlo sé que su esposa murió en un accidente automovilístico, pienso en la niña y subo corriendo las escaleras con los ojos llenos de lagrima, entro en la pieza y veo a la niña en el alfeizar de la ventana llorando con un dije en la mano es una tijera muy pequeña que serrada es una garza muy bonita me toco el cuello y siento el mismo dije sin poder contener las lágrimas me derrumbo en el suelo a llorar en el sueño fueron horas hasta que escucho una voz muy dulce decir mi nombre y sin verlo sé que es ella mi madre. Despierto con la cara bañada en lágrimas, compasión en mi pecho maúlla desesperada, la acaricio y ella langüetea mi cara rió suavemente mientras veo que falta media hora para que suena el despertador, prendo la luz tomo una manta y me dirijo al alfeizar compasión se sube y se acomoda en la manta ambas vemos las gotas caer y pensamos en lo afortunadas que somos de tenernos,  mientras repaso el sueño y se forma una teoría en mi cabeza  que susurrante se mete en mis entrañas es un recuerdo del día que perdí a mi madre.