Capítulo 11

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Me desperté con una resaca increíble, y al principio apenas pude abrir los ojos. Cuando los abrí, visualicé el lugar donde estaba. Era la habitación de Alicia, pero ella no estaba allí. Tenía frío, me miré y solo estaba con el jersey de anoche. Busqué mis pantalones y me los puse. ¿Qué pasó anoche? De repente las imágenes de la fiesta golpearon mi mente. El intento de violación de Marco... El beso a Alicia... Después de ese beso me acuerdo que llamé a mi madre avisandola que venía aquí. Pero solo dormimos. No sabía si sentirme aliviada. ¿Desde cuando me gustan las mujeres? O mejor dicho, ¿desde cuando me gustaba ella? Al cabo de unos minutos oí unos gritos en el salón y decidí mirar que pasaba.

-¡ERES UNA VERGÜENZA DE HIJA! 

-Habló. ¡SOIS UNOS HIJOS DE PUTA!

Una mano iba a golpear a Alicia. Me adelanté y tiré a Alicia atrás, evitando que la diese. El señor se me quedó mirando. Era un hombre alto con apenas pelo, grandes arrugas en su rostro y unas gafas redondas con las que apenas se podían ver sus ojos. A su lado, una señora igual de mayor, más bajita y con un moño recogiendo su pelo casi canoso. Eran sus padres. Habían vuelto.

-¿Esta es la pequeña pecadora que has traído a nuestra casa? -Dijo el padre de Alicia, mientras me miraba con asco-.

-Ella no ha hecho absolutamente nada. Aparte de abandonarme durante semanas, venís y nos insultáis sin motivo alguno.

-Oh, Alicia, sabemos lo que está pasando aquí, vuestro ''romance'' es algo innatural y lo sabes.

-¡Como abandonarme! Además no tenéis derecho para decir con quien puedo o no salir. Eso es amor.

No me atrevía a decir nada, sentía que en cualquier alguno se iba a matar. El padre de Alicia me cogió de la muñeca, abrió la puerta de la casa y me empujó con tan fuerza que me tiró al suelo y a varios metros de lejanía. Alicia quiso acercarse pero acto seguido se cerró la puerta. Y allí me quedé, como una estúpida silenciosa. Me levanté y salí a la calle, estaba lloviendo pero en ese momento no me importó y seguí caminando.

Al cabo de un rato estaba en el parque donde hablamos por primera vez Alicia y yo. Me senté en el mismo banco, abracé mis piernas y me puse a llorar mientras pensaba en lo que había ocurrido hace unas horas. Le he causado problemas, lo sé. Soy una molestia. Me quedé allí un rato, estaba totalmente mojada y aún llovía. De repente deje de notar las gotas en mi cuerpo. Levanté la vista y ahí estaba la misma dulce sonrisa que tanto me gustaba y sus ojos verdes ahora llenos de lágrimas. En un impulso me levanté y la abracé.

-Lo siento Alicia... Si no hubiese estado quizá...

-Lu... -Hizo que me separara un poco y me miro a los ojos-. Fui yo. Yo le conté lo mucho que me gustas. Lo que me gusta verte feliz, la manera en la que me ayudas, la que brillan tus ojos cuando te emocionas... Me gustas demasiado como para cambiarte por cualquier cosa.

Y me besó. Fue el beso más bonito del mundo. Yo solo lo seguí y al cabo de un rato nos separamos.

-Vamos a tu casa antes de que cojas una hipotermia -Dijo sonriendo mientras me ponía su abrigo-.

-Claro...

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Realmente hoy no me apetecía escribir. ¿Qué os ha parecido?

Quizá estoy unos días sin escribir o quizá no. No me siento bien del todo.

Igualmente espero que os haya gustado.

Un saludo.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2016 ⏰

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