Capítulo 2 - Ahora sí lo sé

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Capítulo 2 - Ahora sí lo sé

Lo primero de lo que fue consiente Rukia, fue el dolor punzante en su cabeza. Gimió y se llevo una mano a la frente. Cuando la retiró, sus dedos estaban cubiertos de sangre. Le llevó varios minutos poder enfocar la vista. Cuando lo consiguió, solo pudo ver las ramas de los árboles que entraban en el aparato destrozado a través de lo que fue la carlinga de cristal. ¿En donde estaba? ¿Qué sucedió?

Se obligó a mover la cabeza a pesar del dolor. Había un hombre en el asiento del piloto. ¿Cómo se llamaba? Estaba inclinado hacia delante sujeto por el cinturón, la cabeza le caía sobre el pecho.

De pronto lo recordó todo. El vuelo, aquel piloto rudo que se llamaba Ichigo, el accidente ¡Se estrellaron! ¿Cómo sobrevivió? Porque estaba viva a no ser que estuviera loca o el cielo tuviera un aspecto tan terrenal. ¿Pero, e Ichigo? Las gafas habían caído pero tenía los ojos cerrados. Una fuerte sensación de abatimiento la invadió. Él estaba muerto, nunca tendria la oportunidad de ver el color de sus ojos.

Nunca supo cuánto tiempo estuvo sentada dejando que las lagrimas rescatarán por sus mejillas. De improvisto, él se movió. Un gemido escapó de sus labios. Milagrosamente levantó la cabeza y la apoyó en el respaldo del asiento.

-¿Ichigo?

La alegría de verlo con vida hizo que buscara el cierre del cinturón con gestos frenéticos. Cuando lo logró hacerlo se arrodilló junto al piloto.
-¿Ichigo?- repitió poniéndole las manos sobre el brazo.

El gimió otra vez y giró la cabeza hacia ella. Despacio abrió los ojos.

-Son miel- susurró ella.

-¿Qué? ¿Qué son miel?

-El color de tus ojos.-contestó ella, demasiado aliviada como para pensar en otra cosa. Apoyó la cabeza contra su hombro musculoso mientras los sollozos sacudían todo su cuerpo.

-¡Gracias a Dios que estas bien!- exclamó sin dejar de llorar.

Se quedó sorprendida cuando él la apartó.

-Intenta recobrarte y deja de llorar. Las lágrimas no nos ayudarán.

Rukia abrió mucho los ojos ante su rechazo. Luego los entorno conforme su reacción defensiva, le encendía el temperamento.

-Excúseme su excelencia.

-¿Cómo está tu cabeza?- preguntó el sin hacerle caso.

-Sobreviviré ¿Que ha sucedido? ¿Por qué nos estrellamos?

Rukia se levantó sobre sus piernas temblorosas a la zona de pasajeros para escapar de la mirada implacable de Ichigo. El se desabrochó el cinturón para ir tras ella.

-El motor se averió. ¡Me gustaría saber por qué!- dijo frunciendo el seño.

Rukia sacudió la cabeza haciendo caso omiso del dolor que se intensificaba por momentos.

-Tenemos suerte de seguir con vida.

- La suerte tiene poco que ver con esto, preciosa. Si no fuera tan buen piloto, a estas horas seríamos cadáveres.

-Si no te importa me reservaré las felicitaciones hasta que lleguemos al rancho. ¿Que hacemos ahora, señor Superpiloto?

-¿Que te parece si tomamos un poco de aire? Se esta muy incomodo aquí- gruñó él

Rukia se retiró y él abrió la puerta. Un viento frío les azotó el rostro. Rukia se puso a temblar mientras el bajaba la escalerilla.

-Ven, te puedo ayudar a bajar- dijo Ichigo de mala gana, tomandole el brazo.

Bésame Otra VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora