Capitulo 7

8 0 0
                                    

                                                                   Capitulo siete

Me desperté bañado en sudor y con la respiración agitada, las pesadillas no me dejaban en paz, casi todas las noches ellas me arrebataban el sueño y ya no lograba reconciliarlo.
Salí de la cama con un gran suspiro y fui al baño, el reloj marca las dos treinta de la madrugada, tomé una ducha de agua fría y bajé por un vaso de agua helada. Serví con cuidado el vaso, me senté en la barra de la cocina y comencé a observar las gotas chorreando por la superficie del vidrio.

El silencio que reina en toda la casa me tortura, bufé por ser de madrugada y no tener puta idea de qué hacer.
Tomé las llaves del coche, mi abrigo y comencé a conducir por las afueras de la ciudad.

Llegué al sitio que tanta paz me da y me recosté sobre la hierba verde, sentía como mi trasero se volvía cada vez más húmedo.
Por un momento solo observe mis alrededores, el agua corriendo, las hojas moviéndose con el viento y las sombras que se producían por cada pequeña cosa en movimiento.

Estaba empezando a apreciar estar solo, o al menos ya no me disgustaba tanto.

Tomé mi libreta para distraerme un poco y tal vez escribir algo, pero un movimiento en un arbusto pequeño me detuvo, me levanté del pasto húmedo, camine lentamente hacia él y de un movimiento rápido un pequeño roedor pasó entre mis piernas huyendo a toda velocidad.

— ¡Por dios, santísima mierda!— mi corazón se aceleró, me volteé a ver el animal y de un pestañeó estaba en el suelo con un bicho encima de mi pecho.

Me va a comer un lobo.

— ¡AY DIOS, AY DIOS! —intenté arrastrarme hacia atrás sobre mis codos y cuando lo hice el animal se levantó y me vio con su cabeza de lado.

Era sólo un perro. Mierda.

El perro se sentó en frente mío y comenzó a girar su cabeza de un lado a otro, y cada tanto emitía un chillido raro. Parecía inspeccionándome. Como si observara si soy confiable, o si vale la pena luchar conmigo para comerme.

Tal vez sea un perro salvaje y en cualquier momento salte y me coma.

—Hola... perro —y emitió un lloriqueo ahogado—. ¿Qué haces aquí solo? —empecé a ver a los lados asustado ¿Por qué iba a estar este perro aquí? No parece vagabundo.
Intenté levantarme y el perro ladró.
—Shhh, shhh—hice un gesto con mi dedo en mi boca y volví a mi posición—. Calladito.

La rata

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 18, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Take me high.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora