Capitulo XXXI

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Pasaron semanas donde Justin y yo nos reuníamos sin levantar sospechas. Adrien, Alexia y la pequeña Cessy ya estaban en casa. Los ensayos cada vez eran más duros y me estaba cansando tanto física como psicológicamente. Hubieron y habrán días que las cosas me van a salir horribles, me voy a sentir sin ganas de nada, voy a levantarme con el pie izquierdo... Pero a pesar de todo, recuerdo porqué estoy aquí y por qué debo seguir, siempre hay gente que me lo está recordando a diario cuando un paso de baile no me sale o simplemente me canso.

                  

La prensa está cada vez más pesada, los fans aumentan a medida que los rumores, quejas y opiniones se expanden por el mundo entero. Estoy llegando a una  cima donde tengo miedo de que cualquier paso me haga caer, quizá sea un precipicio o una montaña rusa que me dará un momento de felicidad y el resto oscuro, o viceversa.

En los momentos más tristes que he tenido últimamente, llega Justin intentando salvarme pero el está en un pozo mucho antes que yo, me es difícil ayudarlo a salir cuando estoy en este estado.

Han inventado tantas cosas de mí en tan poco tiempo solo por salir a dar una vuelta con el ojimiel, ni siquiera demostramos afecto en público para que inventen tales barbaridades.

En este momento me dirijo en un taxi con una capucha —así es como me he camuflado en mis escapadas con Justin— a la casa del castaño. Dijo que era de magnitud importante lo que debía decirme, sin embargo, mi miedo no es tanto. Confío en él porque ha cambiado bastante en estas semanas. Ya no aparece drogado por el estudio, sus salidas a clubes han disminuido y dice que sale con sus amigos a estas fiestas para dejar las sospechas de nuestro romance en segundo plano, y le creo.

Corro un poco hasta la entrada de su gran mansión. Estoy completamente autorizada a ingresar sin permiso alguno.

Antes de que pueda hacer sonar el timbre —que por cierto le encuentro cero utilidad—, se abre la puerta. Él está ahí, ojeroso pero sonriente.

—Vamos, entra —me apresura quitándome la capucha.

—Vine de inmediato cuando me dijiste ¿sucede algo malo? —no dudó en preguntar.

—No, no. Quiero estar contigo, te tengo una sorpresa —este chico siempre tiene algo que mostrarme.

—Creo que has hecho demasiadas cosas por mí, Justin —lo abrazo—. Me siento mal al yo ni siquiera darte un detalle.

—Eso es lo que menos importa, tu compañía es lo mejor que me puedes dar —besa mi frente.

Nos dirigimos al sofá donde él me dijo que primero veríamos unas películas a elección de ambos. Obviamente yo elegí una romántica y él, una comedia. Entonces decidimos que la tercera película fuera una comedia romántica.

La verdad es que la pasé bastante bien entre besos, caricias, risas y lluvias de palomitas— cabritas.

El tiempo se pasa volando cuando te siente cómoda, relajada. Después de tanto trabajo, merecía aunque sea un día de descanso, y lo mejor es pasarlo con Justin. El castaño si sabe cómo distraerme.

A la hora de almuerzo me llevó hasta la terraza de su enorme casa. Allí tenía preparado un plato de entrada al estilo tailandés. La comida transcurrió, pero era demasiada comida para mí organismo y me apenaba bastante tener que dejar de todo un poco para el siguiente plato hasta que llegamos al postre, este era más simple. Consistía en una copa gigante de helado.

A medida que ambos sacábamos cucharas de la copa, en esta aparecían letras. El ojimiel me explicó que cuando finalizara y encontrara las diecinueve piezas, tenía que ir formando palabras. Él solo me diría si estaba correcto y una que otra pista.

Estaba intrigada y desesperada por saber esta sorpresa, no puedo imaginarme con claridad lo que pueda ser.

Mi móvil comienza a sonar pero dejo que la primera llamada termine. Si es importante, volverán a llamar.

Tres veces y tuvo que atender...

— ¿Qué sucede, Adrien? —rueda los ojos.

—Tú y Justin están siendo transmitidos en vivo desde la terraza de su casa ¿debo preocuparme? —está desesperado, se le nota en él su agitada voz.

—Mierda ¿estás de broma? —me exaspero.

— ¿Por qué bromearía con algo así? Ni siquiera avisas donde sales, sabes todas las polémicas que causaron hace un par de semanas por un mal entendido —me siento más nerviosa al recordar que le mentí—. Nada de demostraciones amorosas, está en el contrato ¿cuántas veces debo repetírtelo? Entren ahora mismo, pasó por ti en media hora.

Corta.

—Justin, tenemos que entrar. Están vigilando tu casa —no salgo pero le aviso desde la puerta.

—Dame un segundo para llevar esto adentro —toma la copa de helado junto a las cucharas que estábamos utilizando, luego va a por las letras que ya había sacado del helado.

—Me frustra bastante no poder compartir tranquilos, de verdad. La estábamos pasando tan bien al aire libre —suspiro escondiendo mi cara entre mis manos.

—Shh... —Me abraza—. Podemos seguir pasándola de la mejor forma, ya sabes, esta vida no es fácil. Actúan como si nos conocieran, pero nunca lo harán. Rumores. Si los fans confían en ti, esperarán hasta que tú o alguien cercano a ti pueda confirmar algo.

—Gracias por ayudarme con todo esto —le doy un pico en los labios.

—Ahora —pausa levantándose—, vamos a terminar el poco helado que nos queda porque estoy ansioso de saber la respuesta.

Entre más risas y besos con sabor a frutilla, chocolate y crema, terminamos por fin de comerlo. Era grande para dos personas.

Ha pasado aproximadamente media hora desde que estoy intentando armar palabras. Conseguí una sola que fue "quieres", sirvió de muy poco.

Pasó una hora para que pudiera formar "novia", en ese instante adiviné la frase completa. Me siento tan nerviosa, sé que la respuesta es difícil porque primero, el sí trae consecuencias del contrato y apenas podemos salir en público; segundo, él no viene con incomodidades enormes y trabajamos juntos.

¿Novios ocultos?, pensé.

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Me di cuenta de que soy súper hueona diciéndoles que porque me van a cambiar el celular no voy a poder escribir, nada que ver si escribo del iPod 😂😂😂

LOS AMOOO💘💘

I can see the storm © j.b.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora