Miel

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Era posiblemente el momento más incómodo de toda su corta vida. El proyecto de ciencias debía ser entregado el lunes a primera hora y Baekhyun, siendo el pequeño gusano-de-libros-ratón-de-biblioteca-responsable, decidió que lo mejor sería hacerlo ese viernes por la tarde y jugar un rato en la noche, por lo que Chanyeol debió tragarse sus ganas de no hacer nada y simplemente aceptó porque, primero: no podía llevarle la contraria a Baekhyun y segundo: debía recordar que la primera regla era elemental para su supervivencia.



Sus padres, más exactamente umma, estaban encantados de recibir a su amigo en casa, sin embargo, cuando llegaron corriendo y entre juegos de manos, que terminaron con los brazos de Chanyeol amarrados a la cintura de Baekhyun mientras le hacía cosquillas y ambos reían como locos, la pesadilla de Jongin comenzó.

"Entonces... tú eres el pequeño Park Chanyeol." Afirmó con un tono venenoso y una sonrisa falsa el sentir los dedos de su pequeño esposo, que no hacían más que pellizcar su costado. "No te ves tan pequeño." Masculló aun a pesar del dolor y Kyungsoo lo fulminó con la mirada antes de mirar al pequeño invitado, que tenía por expresión solo terror y vergüenza en sus mejillas sonrosadas. Baekhyun estaba parado junto a él, aun frente a la puerta de entrada y jugando con sus manos de manera nerviosa.

"Ya hablaremos luego Jonginnie..." le susurró al oído y su esposo se puso pálido, ese apodo no significaba nada bueno. Nada. "Ahora, ¿quieren comer algo?" Se dirigió a los niños con una sonrisa adorable y su tono de voz más suave, enamorando un poco a Jongin y avergonzando más a Chanyeol.

"No." Habló por primera vez Baekhyun y tomando de la mano a su amigo, y frente a las miradas sorprendidas de sus padres, se dirigió corriendo escaleras arriba y al llegar a su habitación gritó: "¡Estaremos haciendo la tarea, así que no nos interrumpan!" Y entró dando un portazo. Ambos adultos solo miraban sorprendidos hacia las escaleras y luego Kyungsoo estalló en risas suaves y miró a su esposo.

"¿Quieres un trozo de pastel?" Se empinó y besó su mejilla haciéndolo sonrojar. "Es de chocolate." Y cómo decirle que no a ese par de ojos brillantes y a su adorable sonrisa.



"Bien... el zoológico no es muy complicado de hacer en una maqueta." Dijo Baekhyun mientras terminaba de acomodar los implementos para la tarea en el piso de su habitación. Chanyeol estaba mirando todo a su alrededor, desde la perfectamente organizada cama hasta la pequeña biblioteca y los estantes con varias fotografías enmarcadas, y uno que otro peluche.

"Me agrada tu habitación..." susurró sin esperar ser escuchado y sonrió mientras acariciaba una fotografía en la que un pequeño Baekhyun, de apenas unos cinco años, vestía una camiseta de Pororo y posaba con su padre, formando un corazón con sus brazos por encima de sus cabezas. "Qué lindo..." pensó y no quitó la boba sonrisa de su rostro, y no dejó de acariciar la fotografía, ignorando las mejillas rojas de Baekhyun que intentaba no pensar en ellos dos juntos y en Chanyeol halagando su habitación.

"Deberíamos empezar con la maqueta..." dijo de manera suave y se disfrazó de su mejor amigo negando en su interior, porque "no me gusta, no me gusta, ¡no!", mientras su, no tan pequeño amigo, dejaba la fotografía en su lugar y se acercaba a su lado en el piso.

"Luego te patearé el trasero en Mario Kart." Le sonrió con burla y codeó su costado haciéndolo saltar un poco, y ganándose una mirada de odio.

"Ya lo veremos Titán retardado." Soltó con una risita suave y la atmósfera se tiñó de un bonito color celeste que ninguno de los dos notó.



Fue luego de una hora de trabajo en equipo y bromas compartidas, que por fin terminaron la maqueta y con cuidado la dejaron sobre la cama de Baekhyun. Ambos suspiraron aliviados pues ahora estaban libres y podrían jugar, por lo que conectaron la consola de la televisión, pusieron el juego y tomando cada uno un mando, se acomodaron con sus espaldas contra la cama, con sus piernas cruzadas y sus rodillas se estaban rozando pero ninguno decía nada, estaban demasiado inmersos en las gráficas que se mostraban en la pantalla como para notar nada más.

El juego dio inicio y la competencia nació entre los dos, y mientras Chanyeol reía y disfrutaba, Baekhyun solo quería ganar, debía ganar esta carrera, Chanyeol debía pagar por haberle ganado las quinientas anteriores a esta, porque podrían haber sido solo cinco o seis, pero para el pequeño Baek se sentían como muchas más.

"¡No!" Gritó un desesperado Baekhyun y se levantó alterado agitando el mando, mientras su amigo reía y se declaraba victorioso, otra vez; el pequeño mal perdedor quería hacerlo pagar, lo haría de hecho, ya estaba decidido. "¡Tú!" Le apuntó con el mando y se acercó a él con las mejillas rojas de rabia, Chanyeol lo miró con una sonrisa burlona en el rostro y se apuntó a sí mismo.

"¿Me hablas a mí, perdedor?" Y eso detonó a la bestia, pues lo siguiente que supo es que el pequeño cuerpo de Baekhyun colapsó contra él, y de no ser por su fuerza corporal mayor, probablemente se habría ido de espaldas.

"¡Siempre escoges ese mando!" El pequeño intentaba quitarle el aparato de las manos y mientras reía con fuerza, alzaba más su brazo alejándolo de las pequeñas garras de Baekhyun. "¡Tiene que ser por eso que no gano! ¡Mi control está maldito! ¡Así que quiero ese!" Forcejearon durante un rato y ambos terminaron de pie, con Baekhyun empinado intentando tomar el mando, con su rostro contraído por la vergüenza y la rabia, y Chanyeol con su, no mutable, sonrisa, su brazo derecho estirado sobre su cabeza y su otra mano apoyada en el hombro de su amigo, ignorando su cercanía. "¡Dame ese control!" Tropezó con sus propios pies y terminó apoyado en el pecho de Chanyeol.

De pronto el tiempo se sintió más pesado y cuando sentía que no soportaba mas esta situación, que la cercanía lo mataría pues su corazón estaba demasiado acelerado, Chanyeol se inclinó un poco hacia abajo y alejándolo de su cuerpo, solo unos centímetros, acercó su rostro al suyo y lo besó. Justo ahí, luego de una penosa situación y de sus chillidos de niña, con la música de victoria del juego de fondo, el sonido de su puerta siendo cerrada y el ambiente pintado de púrpura, Chanyeol le dio su primer beso de amor y él no pudo siquiera cerrar los ojos, por miedo a que todo fuera a desaparecer si parpadeaba.

Sin embargo, su ser bipolar y extraño no podía tolerar aquello, y luego de la impresión y el ensueño, recordó que a él no le gustaba Chanyeol, ni le gustaban los besos o su mano acariciando su cabello, y decir que sacó a su amigo a patadas de su habitación y luego de su casa, sería subestimar la situación.

"¡Y a la próxima seré yo quien te patee el trasero en Mario Kart! ¡Estúpido Titán!" Gritó antes de cerrar la puerta principal y luego corrió de vuelta a su habitación, bajo la mirada atónita de Kyungsoo y la llorosa de su padre.



Chanyeol se sentía como el idiota más afortunado del mundo, porque, ¿acaso Baekhyun había dicho próxima vez? No había sido totalmente rechazado y aunque no sabía cómo había sucedido o de dónde sacó la voluntad y la valentía para hacerlo, había besado a Baekhyun. Había tocado sus labios y había acariciado su suave cabello, y no importaba que no hubiese sido duradero, aun eran muy pequeños de todas formas, ese había sido el mejor primer beso.

Esa noche Chanyeol se fue a la cama con la sensación del sedoso cabello de Baekhyun entre sus dedos, el delicado sabor a inocencia en sus labios y su corazón bailando Tap en su pecho.

Esa noche Baekhyun se hizo capullo bajo las sábanas y volvió a su letanía negativa habitual. "¡No me gusta ese estúpido Titán retrasado! ¡Ese no fue mi primer beso! ¡Chanyeol no es mi primer amor! ¡No me gusta! ¡No me gusta! ¡No!"

Green MintDonde viven las historias. Descúbrelo ahora