Green Mint

Magenta

Las semanas siguientes al "incidente" fueron extrañas e incómodas de parte de Baekhyun, porque a pesar de haberse convencido, o al menos tratado de hacerlo, que ese beso no había significado nada, estuvo evitando a su torpe amigo. Huía de sus momentos a solas y de las prácticas de baloncesto luego de clases; sin embargo, comenzó a extrañar su amistad y finalmente se rindió y volvieron a su rutina.

Nuevamente salían a comer helado en la tienda cercana a sus casas y Baekhyun había ido el viernes de la semana pasada a la casa de Chanyeol, y le había pateado el trasero en Mario Kart, justo como había prometido. Pero había algo diferente flotando entre ellos y la libreta de Bob Esponja había sido abandonada hacía varios días atrás, mientras el color rosa cálido se extendía a lo largo de su pecho y mente; ahora Chanyeol sabía que así se sentía querer a Baekhyun.

Baekhyun seguía sumido en su negación, él estaba muy joven, demasiado pequeño e inmaduro como para tener un primer amor, sin importar las tiernas manos de Chanyeol revolviendo su cabello o sus sonrisas brillantes y el repentino tic en el ojo de su amigo; Baekhyun simplemente no estaba enamorado, o eso quería creer, pues de no ser así, pensaría que el malestar estomacal siempre que veía al Titán jugando un partido amistoso con ese nuevo niño transferido de China, no eran más que celos crepitando en su interior.

El tiempo comenzó a volar luego de la Navidad de ese año y cuando quiso parpadear, se dio cuenta que ahora tenía doce y su amigo también; no eran niños ni adultos aun, pero estaban en un duro intermedio porque Baekhyun estaba despertando interés en varios compañeros de su salón y Chanyeol ya no usaba lentes y su cabello había dejado su toque desordenado y descuidado.

Ambos continuaban con su amistad y pese a sus gustos diferentes, nunca se habían vuelto a alejar, claro, a menos que Yi Fan quisiera jugar con Chanyeol o se pegara, sin ser invitado, de sus planes veraniegos de ir a comer helado. Baekhyun no toleraba al Gigante Decolorado y menos lo toleraba si se acercaba tanto a Su mejor amigo.

Ahora Baekhyun tiene una preciosa hermanita de apenas dos años y le gusta burlarse del ceño fruncido de Yi Fan, siempre que Chanyeol rechaza una invitación a jugar en su casa, "porque hace días no veo a la pequeña Eun Ji y ¡me muero por jugar con ella!". Trágate esa Gigante idiota, piensa presumido y le da su mejor sonrisa de "vete al diablo".

Tres años vuelan con rapidez, analiza Baekhyun mientras ve a appa pidiendo la mano de umma y siente que algo se remueve en su estómago, y no sabe si le gusta la sensación o no. Sus padres se retiran luego de compartir besos y palabras susurradas en la mitad del salón, y él esta extremadamente avergonzado y abochornado por todo el show que dio appa.

Tarda unos segundos de más en volver en sí y cuando lo hace, es solo para volver a caer en un abismo lleno de aroma dulce y color rosa, porque Chanyeol tiene su pecho aferrado a su pequeña espalda y una de sus manos está apoyada en su cintura. Por cuánto tiempo han estado así, eso es un misterio, o no tanto después de todo, pues recuerda que dejó de pensar (y de respirar un poco) cuando appa se llevó a umma cargado como una princesa.

"¿Quieres un poco de ponche de frutas?" ¿La voz de Chanyeol siempre ha sido así de gruesa? Se pregunta aturdido y alza su rostro, descubriendo que ha cometido un error, porque desde este ángulo solo ve lo hermoso que se ha vuelto el Titán con el paso del tiempo y que este lo mire de vuelta, con una brillante sonrisa en sus labios, no ayuda mucho a su pobre corazón. "Pareces un poco ido Baekhyun. ¿Te sientes bien?" Puede ser que haya tomado mucho ponche y el dulce lo haya embriagado un poco, porque siente que su estómago se revoluciona con sensaciones burbujeantes y su corazón se dispara con violencia contra sus costillas, mientras él no puede apartar su mirada de los ojos de Chanyeol, de su cabello bien peinado, del corbatín negro acomodado de esa elegante manera en el cuello de su camisa blanca.