Habla Eric
Nunca pensé que algo así pudiera existir, un lugar tan maravilloso, un lugar donde siempre deseé estar, apartado de este mundo, lejos de las miradas, un mundo virtual, mi mundo.
Lo descubrí hará una semana, estaba en el Instituto y me habían castigado por hacer algo que según los profesores era algo malo ( insultar al director ), haber, ¡como si no fuera verdad que es un cabronazo!
Como me aburrí de estar en clase sin hacer absolutamente nada, salté por la ventana ( era la planta baja ) y me fui en dirección al invernadero que hay detrás del gimnasio. Me senté en uno de los bancos de madera y observé con atención todo lo que había a mi alrededor. En frente mío había un matorral, la verdad era que nunca me había dado cuenta de que estaba pero no le di importancia, tiré una piedra en su interior pero no se escuchó ningún ruido, nada que indicara que esa piedra había caído al suelo.
-Que raro - pensé - así que aparté las ramas del matorral y pude ver que en realidad eran unas simples ramas que al parecer tapaban una alcantarilla de extraña tapa entreabierta, la acabé de abrir y vi que era lo suficientemente grande para que cabiera una persona.
-¡Eso si que no me lo esperaba!
Me asomé para ver que había dentro y lo único que pude apreciar fue un ligero olor a alcantarillas, aún así aguanté el olor y agucé mi vista hasta poder ver que habían unas escaleras.
-¿Qué debería hacer?
Por un lado me da bastante asco el bajar por aquí pero prefiero eso que tener que ver una vez mas la cara de amargado de mi profesor.
Así que no me lo pensé dos veces y empecé a descender por esas oxidadas escaleras, después de solamente dos minutos como mucho alcancé el final, observé que era estaba en una red de alcantarillado pero lo más extraño era que no olía tanto como había imaginado. Me fijé que en el suelo habían unas señales, no muy claras, pero so veían perfectamente que eran unas flechas, que al parecer conducían a algún sitio. No estaba muy seguro de porqué lo hacía pero empecé a seguirlas, hasta que me llevaron al final de un pasadizo, en el cual habían unas escaleras idénticas a las de antes que subían al exterior. Las subí y vi que del Instituto había acabado justo en frente de una fábrica abandonada.
-Tal vez debería ver ver que hay ahí, ya que esas flechas me han conducido hasta aquí. Entré en la fábrica pero me sorprendió ver que no habían escaleras para bajar, solamente quedava un peldaño y estaba demasiado alto como para saltarlo, pero lo que si que habían eran unas cuerdas.
-Parecen resistentes - pensé - así que antes de precipitarme al vacío comprobé que esas cuerdas podrían aguantar mi peso y si que podían.
Acababa de bajar por las cuerdas y las manos me ardían por el material. Me puse a mirar cada rincón de ese extraño lugar y vi que justo delante mío había un montacargas mas grande de lo normal, las cuerdas a las cuales estaba sujeto ni parecía que se fueran a romper así porque sí, pero a saber cuanto llevaba eso sin funcional. Preferí correr el riesgo de subirme y apretar el botón que conducía a la segunda al primer sótano el cual me extrañó porque habían tres.
El montacargas se detuvo justo en ese nivel y no pareció que fuera a caerse en ningún momento.
Al entrar en el primer sótano me había quedado sin palabras, era un habitáculo muy bien organizado, todo lo que había era tecnológico, pero lo unico que me llamó la intención fue el super ordenador que había, totalmente futurista.
-Joder, ¡que pasada!, ¿que debería hacer?
Busqué algún botón, algo con que poder encebderlo, perono había nada.
-Tal vez debería ver que hay en las otras plantas.
Y después de decir eso me fui directamente al montacargas y pulsé el botón que conduce a un nivel inferior.
Me encontré en una sala un poco más pequeña que la anterior, pero esta era diferente, tenía tres columnas de color oro conectados con unos cables enormes al techo, esas columnas estaban abiertas así que entré pero no sucedió nada.
-Esto cada vez es más raro. ¿para qué usarían estas columnas?
Estaba muy intrigado por todo esto así que sin esperar un segundo más volví al montacargas y apreté al último botón, el que me conduciría a la planta más baja de todas.
Llegué y ni siquiera me sorprendí por lo que había ya que las demás eran tan extrañas como esta, era casi tan grande o puede que hasta un poco más que la primera, solo que esta era completamente blanca y en el centro había... una torre muy extraña, parecía las entrañas de ese super ordenador, ya que cuando lo había visto no me podía imaginar menos.
Era extraño, me acerqué y justo en ese momento una de las placa de esa torre se abrió y dejó ver una palanca que estaba bajada.
-Si esto es el núcleo del super ordenador... ese debe de ser su " botón de encender "
No lo dudé y subí esa palanca. En un segundo la torre se había iluminado y soltado una ola de energía, la cual avisaba que todo lo que conocía iva a cambiar.Holaa.
Esta es mi primera historia, espero que os guste y si tenéis algún comentario, pregunta o idea constructiva no dudéis en decirlo.
;-)
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Un Mundo Virtual
Science FictionEric tiene 15 años, es una persona querida por su família y sus amigos, pero siempre se sintió fuera de lugar y hace una semana descubrió porqué. Este no es el mundo donde debería estar, el se siente demasiado "perfecto" para esta saciedad, así que...