Capítulo 54

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– ¿Y entonces qué fue lo que lo ayudo a superarlo?
– Julieta, ella era nuestra vecina y desde niños jugaban, incluso ella se quedaba a dormir en nuestra casa y él en la de ella, hasta llegaron a salir juntos, con sus respectivas parejas, cuando pasó la tragedia, Julieta estaba en Canadá y al regresar se encontró con un zombie y se propuso sacarlo adelante, lo consolaba cuando lloraba, le compró libros de tanatología y se los leía, lo obligaba a comer, a hablar, a salir, hasta a dormir y afortunadamente Ross se dejó ayudar por ella y poco a poco lo fue superando y volvió a ser él aunque no igual, cuando entró a la preparatoria empezó a salir con una y otra chica, pero sin engancharse de ninguna, supongo que le daba miedo volver a tener una pérdida, así que jamás volvió a tener novia, hasta ahora que anda contigo.
– Dios, cuanto debió sufrir, pobrecito – miré hacia el techo afligida – ahora comprendo porque es tan unido a Julieta.
– Sin ella Ross no estaría aquí, yo hasta llegué a pensar que se casarían algún día.
– Bueno, nadie sabe lo que pasara en el futuro, aún son jóvenes ambos.
– Laura, me extraña muchísimo que digas eso, Ross te adora, se nota a simple vista por la forma en que te mira, no había tenido una novia en doce años y ahora estás tú aquí, con su familia, nunca llevó a la casa ni siquiera a amigas y aunque yo te haya invitado, en ese momento él no tenía ninguna razón para traerte, además la canción que cantaron ayer, a pesar que nos la dedicó a Maiquel y a mí, estoy segura que la hizo pensando en su amor, no en el mío, le agradezco el detalle, sin embargo, esa canción era para ti, no sé como lo lograste, pero con la única mujer que Ross quiere estar es contigo, a Julieta la quiere mucho, pero como hermana, he visto como se tratan y a ella jamás la mirado como a ti, así que no seas tontita, él sólo se casará contigo.
– Pero… ¿Ross y Julieta alguna vez tuvieron algo que ver?
– Creo que sería mejor que yo te respondiera esa pregunta – exclamó Julieta desde la puerta.
– Hola Julieta, ¿cómo estás?
– Bien Jazzy, gracias, Laura que gusto de verte – le medio sonreí avergonzada – ¿así que quieres saber si Ross y yo fuimos novios? – dijo entrando a la habitacion.
– Jazzy acaba de contarme lo de Noelia y cómo ayudaste a Ross a salir adelante.
– Además de que has visto como nos tratamos, ¿no? – asentí con la cabeza – está bien, te contaré la verdad – se sentó al lado mío – cuando teníamos 17 años, en una fiesta jugamos a la botella, alguien me puso de “castigo” besarlo durante minuto y medio y yo encantada lo hice, porque sí, Ross me gustaba desde que me acuerdo, pero en ese beso comprendí que éramos como hermanos, que no había química entre nosotros como pareja y cuando lo platicamos, ambos estuvimos de acuerdo, olvidamos ese beso y seguimos siendo confidentes como hasta ahora, ¿aclarada la duda?
– Sí, pero… dan la impresión de ser amigos con derechos.
– Es una táctica que usamos ya sea para alejar a alguien o confirmar si le interesamos.
– ¿O sea que están confabulados para cortar las expectativas si alguien no les gusta y si les interesa otra persona lo hacen para darle celos?
– Suena medio perverso, pero sí, le he espantado a varias y él a mí a algunos tipejos.
– ¿Entonces tú ya sabías de mí existencia desde antes que nos descubrieras?
– Sí.
– Hija, acaban de llegar el estilista y el maquillista – anunció Stormie.

Yo me quedé de una pieza, ahora comprendía muchas cosas y porque ella había cambiado su actitud hacia él derepente, Ross quería corroborar mi interés por él, pequeño tramposo, entonces me pregunté desde cuando él había roto la tercera regla. Me sacaron de mis pensamientos cuando me dijeron que sería la primera que arreglarían, ya que Julieta dijo que tenía que bañarse y Jazzy tenía que vestirse antes de que la peinaran.

El chico inició con su trabajo, me recogió todo el cabello en una moderna coleta en el que se veían las ondas de mis cabellos, dejó algunos rizos colgando en ambos lados de la cara y el flequillo peinado de lado, después pasé con el maquillista y me sentí como una celebridad, me preguntó de qué color era mi vestido y le dije que azul, así que de ese color me maquilló los ojos, me miré al espejo cuando terminó y casi no me reconocí, vaya que sabían hacer bien su trabajo.

Mientras tanto peinaban a Diana y maquillaban a Julieta. Por su parte, Stormie ayudaba a Jazzy a ponerse el hermoso y moderno vestido blanco, diseñado por ella misma, una vez que lo tuvo puesto se sentó con sumo cuidado para que la peinaran y maquillaran, entonces fui a mi habitacion para cambiarme de ropa.

Entré y estaba vacía, así que cuidadosamente me quité la blusa y luego el panti, saqué mi vestido del enorme armario que parecía una habitacion más y me lo puse al igual que mis sandalias, estaba mirándome al espejo cuando Ross entró.

– Wow, voy a ser la envidia de toda la fiesta, te ves bellísima, corazón.
– Gracias – dije sonriéndole y dándome una vuelta, de pronto la triste historia vino a mi mente y lo abracé con todas mis fuerzas y le acaricié la espalda –gracias por dejarme entrar en tu vida.
– Las gracias debería de dártelas yo a ti, tú fuiste la que me llamó, ¿recuerdas?
– Sí, pero… – me quedé callada, no sabía si era buena idea que él supiera que Jazzy me había contado sobre su primera novia – tú rompiste las reglas… ¿desde cuando Ross?, necesito saberlo, por favor.
– Casi desde el principio, ¿recuerdas la noche en que llovió? – asentí con la cabeza – me quedé contigo hasta mucho después que amaneció, era mentira que no traía coche, si te lo dije fue porque no quería ilusionarte, yo mismo no quería ilusionarme, estaba muy confundido Laura y quizá rompí las reglas antes que tú.
– Te amo Ross, creo que te amé desde el primer segundo que te vi.
– Creo que yo también, eres la única mujer con la que hecho el amor y, si me lo preguntas, no sabría decirte exactamente cuando sentí esa diferencia, así que como veras, definitivamente el agradecido de que hayas entrado a mi vida soy yo – me beso tiernamente los labios – ahora tengo que cambiarme, nos toca recibir a los invitados.
– ¡Qué nervios!
– Relájate, te ves preciosa, impresionarás a todos, ya verás.

Cuando vi el color de su camisa me quedé sorprendida, era azul, del mismo tono que mi vestido, cuando se lo hice notar me dijo que estábamos en sincronía y me guiñó un ojo. Bajamos y salimos a la terraza, ya había algunos invitados que platicaban con Jaxon y Diana. Más tarde Ross me presentó a algunos de sus tíos Austin, Mario y Marco, hermanos de Mark, muy serios ellos, por cierto.

A las seis en punto nos colocamos en nuestros respectivos lugares, todos los Lynch en primera fila, Julieta y su hermano detrás de nosotros y del otro lado los papás de Maiquel. Calculé que serían unos 200 invitados. El sacerdote ya se encontraba en el altar y Maiquel también, visiblemente contento y nervioso. La melodía empezó a sonar y entraron las damas, con vestidos color lila y una cinta rosa en la cintura, cuando llegaron a su lugar Jazzy hizo su aparición, del brazo de Mark, comenzaron a caminar por el pasillo, ambos con una gran sonrisa. Al llegar al altar, Mark entregó la mano de Jazzy a Maiquel que la recibió gustoso y se pararon frente al padre que dio inicio a la ceremonia. Dijeron sus votos emocionados y después Ross y la madrina les colocaron el lazo. Al terminar, Jazzy y Maiquel se dieron un dulce beso y después caminaron por el pasillo mientras les aventaban pétalos de margaritas.

Pasamos al salón, una pequeña banda de cuatro músicos amenizaba con melodías suaves, todos empezaron a tomar sus lugares, Jazzy y Maiquel en la mesa de honor, uno de los músicos les pidió que pasaran a bailar su primera pieza como casados y todos les aplaudimos, Ross me tomó la mano por debajo de la mesa y me sonrió, estaba tan feliz por su hermana. Los músicos siguieron tocando, algunos se pararon a bailar y un par de horas después sirvieron la cena. En cuanto terminamos de comer, anunciaron que era momento de las palabras del padrino y Ross se puso de pie.

– Buenas noches a todos, es para mí un gran honor dirigirme a ustedes, Jazzy y Maiquel, es un poco difícil para mí ver a mi hermanita como toda una mujer casada, todavía la recuerdo brincando por toda la casa usando coletas y calcetas, pero el tiempo pasa y el amor tocó a su puerta y me da muchísimo gusto que haya sido de un chico ejemplar como lo es Maiquel, bienvenido a la familia. Bien, tenía preparado un largo discurso, pero lo olvide en la maleta, así que sólo les diré lo siguiente.

Tomó un respiro.

– Amor es como encontrar un oasis en el desierto, hay muchos espejismos, pero sólo uno es el verdadero. Jazzy, Maiquel mis mejores deseos para esta aventura que inician juntos, estoy seguro que serán inmensamente felices y que formaran una preciosa familia, hermanita te adoro, cuñado, más te vale que te portes bien con ella, ¿vale? – dijo con su típica sonrisa traviesa y levantó su copa – ¡Salud por los novios!

¡Salud!, exclamamos todos los presentes levantando nuestras copas y después bebimos el champagne. Ross me sonrió y me extendió su mano.

– ¿Bailamos? – propuso caballerosamente.
– No soy muy buena, pero si he hecho otras locuras por ti, ¿qué más da un simple baile? – respondí sonriendo y tomando su mano.

Eres Mi Tentación - [Raura Hot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora