Siete

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Kara estaba feliz, aunque hacia tanto que no lo estaba que no lograba darse cuenta. Sabía que se sentía bien, pero la idea de llamar a eso felicidad ni siquiera cruzó su mente. Se había molestado en delinearse, se arqueó las pestañas y... bueno, más que eso no se puede esperar de ella. Hacía tiempo que vivía a cara lavada, pero desde esta salida comenzó a pintar sus ojos todos los días.

No había hecho nada con su cabello, además de maquillarse un poco, no había nada nuevo. Que use tacos no era nuevo, pero tampoco habitual. No eran tan altos, aunque ni siquiera con diez centímetros más podría alcanzarlo, no es que ella sea baja, él es muy alto.

Él tocó la puerta, ella le dio una última calada a su cigarrillo y fue hacia la puerta. Lo miró unos segundos, y luego dijo lo primero que se le ocurrió para llenar el silencio.

-Hola.-Él sonrió.

-¿Qué tal?

-Como siempre.-Se encogió de hombros y rió.-O quizás, un poco mejor que siempre.

-Bueno, vamos entonces.

Se apartó del camino y continuaron hacia la salida juntos. Al salir, el sol golpeó los ojos de Kara, como cada día cuando sale de su oscuro apartamento donde la única luz que se mantiene es la que entra por las semi-cerradas ventanas de su habitación y la cocina, más la del televisor que suele estar en silencio.

-Me gusta lo que le hiciste a tus ojos.

-Se llama "maquillaje".

-Bueno, eso.-Sonrió.-Hace tiempo no te veo maquillada.

-Quizás... Quería volver a los viejos tiempos.

Quería completar la frase diciendo "Antes de que te vayas", hacia tiempo había comenzado a evitar esos comentarios. Aunque no salían de su cabeza, como todo lo negativo y muerto que la habitaba.

-Me parece genial, entonces te gustará lo que tengo planeado.

Se mantuvo en silencio, disfrutando de la compañía de su viejo amigo. Y, por primera vez en su vida, casi disfrutando del sol, casi porque a ella realmente no le gusta sentir como quema sobre su piel. Pero con Sacha a su lado, el mundo siempre fue diferente. Eso era lo único que él no lograba ver, la diferencia que hay para ella entre un mundo con él, y un mundo sin él. Nunca podría notarlo, porque no sabía cuán terrible era el pasar del tiempo sobre ella sin él, y nunca lo sabría, porque ella no iba a explicarlo, y aunque lo hiciera... No entendería. Por más que a él también lo destrozara la distancia, por más que su vida tampoco haya sido fácil, nunca sentiría la agonía que ella sentía cuando el tiempo y la vida se posaban sobre sus hombros y la hundían hasta enterrarla. Y esto, era otra de las cosa que solo ella sabría, porque ella fingia risas para él, a veces sonreía de verdad, con él podría hacer muchas cosas, podía derribar muchas paredes, podía asomarse desde su abismo para charlar con él, pero ni aunque quisiera podría cambiar lo que era. Ella era cerrada, el mundo la había golpeado tanto que ya no había manera de cambiarlo, y aunque quisiera contarle todo, no podría. Su memoria deteriorada ayudaba en eso, su incapacidad para expresarse. Nadie podría saberlo todo, su pasado y muchos de sus pensamientos estaban enterrados en ella, sobre una línea a punto de pasar al olvido.  

-Estas bastante concentrada parece, ¿Puedo saber en que?

"En ti..."

-No importa. 

-Pregunto porque aún no haz dicho nada.

-¿Sobre?-Miró a su alrededor, estaban caminando por el medio de una ruta vacía no muy lejos de casa.

-Ya verás. Espero que tu memoria no este tan mal como siempre.

-Puede que peor.

-No importa, confío en que recuerdes.

Continuaron caminando y el sol comenzó a esconderse, él se detuvo y la miró un segundo mientras daba dos pasos hasta notar que ya no debía caminar. Le extendió la mano, y ella la tomó. Se desviaron del camino y se giraron hacia los arboles hasta un camino escondido. Mientras él caminaba delante de ella con sus manos entrelazadas comenzó a recordar.

Flashback.

-Ven, quiero mostrarte algo, estoy seguro de que te gustará.

Fin del flashback.

Partes de ese día pasaban por su mente, él caminaba frente a ella exactamente como lo hacían ahora. Era el mismo lugar, a la misma hora, el viento soplaba como entonces, todo era igual, quería pensar que ellos también eran los mismos de ese entonces.

Salieron del camino y los arboles dejaron de tapar la sorpresa, dejaron ver esa esquina del mundo que terminaba de repente para caer al vacío y dejaba ver como el sol se ocultaba a lo lejos. Se sentaron casi en el borde como antes y él no soltó su mano esta vez.

-¿Recuerdas?

Ella asintió.

Flashback.

-Encontré este lugar vagando por el bosque como siempre, aquí logre olvidar todo... Pero no a ti, la tarde que lo descubrí decidí que esto era el paraíso, que era mio. Quiero que sea nuestro, quiero compartir mi paraíso contigo y que puedas olvidar todo conmigo aunque sea un instante.

Fin del flashback.

-El resto del mundo sigue estando tan cuerdo como para no venir y sentarse aquí. Suerte que nosotros seguimos estando tan locos como para hacerlo.-Dijo Sacha.

-Aún siento calma aquí, y hacia tiempo que no venía. 

-¿Porque no?

-Porque es nuestro paraíso, no mio. Y No es lo mismo sin ti.

Sacha se quedó mirándola. Soltó su mano y acarició su cabello. Ella lo miró, cuando el sol desapareció por completo.

-¿Recuerdas como se sentía? ¿Recuerdas lo que te dije? Aún pienso eso.

Flashback.

-Te lo estas perdiendo, el sol se está escondiendo, no tienes idea de lo hermoso que es.

-Puedo ver al sol esconderse mañana. Y... ¿Te digo algo? Yo creo que nada podría ser más hermoso que lo que estoy observando ahora.

Sus ojos chocaron una vez que el sol desapareció, se acerco pensando en besarla... pero no lo hizo, solo la abrazó

Fin del flashback.

Esta vez no la abrazó, esta vez ninguno de los dos vio al sol esconderse. Esta vez se acercó, sin despegar sus ojos de los de ella, todo era como entonces, igual pero distinto a la vez. 

Esta vez se acercó y no se alejó.

Pero tampoco la besó.

KaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora