Unos golpes en la ventana la despertaron.
Según su celular eran las 05:36 am. Se levantó y corrió un poco la cortina para encontrarse con Sacha. Abrió la ventana.-¿Estoy soñando o estas despierto antes de las once?
-Creo que no estás soñando pero de todas maneras espero que consideres este día como un sueño.
-¿Qué haces aquí?
-Iba a venir a las doce anoche pero pensé que deberías descansar.-Lo miró extrañada.- Bueno, ¿Vamos?
-Como en una hora debo ir a trabajar.
-Espera, abre un poco más la ventana.-luego de eso metió una pierna y pasó.-así está mejor, por favor que frío, abrigate para salir.
-Si... Para trabajar.
-Hermosa, es tu cumpleaños.-Tomó sus mejillas.- Debería ser feriado.
-Sacha...-Lo miró enternecida pero por negar la idea que proponía.
-Kara... Mira, si no te parece lo que te digo, ¿Qué tal si te enfermas? Tienes derecho a tomarte un día.-ella rió.-¡Además con este frío deben de estar todos resfriados!
-Debo estar loca.
-Realmente lo estás. Es como si vivieras en otra realidad. Pero, ¿Sabes qué? Creo que me gusta tu mundo.-Ella sólo sonreía, sólo eso podía hacer cuando el estaba frente a sus ojos. Él se acercó y la besó.
-Ve a vestirte, ¿Si?
Asintió.
Se dió una ducha rápida, cepilló su cabello y lo dejó suelto como siempre. Hacia rato habia perdido las gomitas para el cabello y no se habia ocupado en conseguir más. Mágicamente desaparecían.
Se lavó los dientes, se vistió con una calza verde militar bajo un jean negro rasgado. Una remera negra suelta y más grande que ella. Unas botas, guantes y una sudadera. Luego de media hora volvió con Sacha.-Oye. Hace frio, algo mejor. Además, ¿No le harás eso lindo que le haces a tus ojos?
-Esta bien, solo queria apurarme.
-Tenemos 18 horas todavía.
Cambió su abrigo y delineó sus ojos.
-¿Ahora si?
-Sip. Vamos.
Le ofreció su brazo y salieron.
-Te noto algo extraño.
-Es que estoy emocionado. O... creo que esa es la palabra.-Rió.
Salieron del edificio y entraron al auto.
-La verdad, Kara, es que estuve pensando si hacer esto al empezar el día o al terminar. Tenemos mucho que hacer. Y llegué a la conclusión de que quiero que te liberes y estés completamente despejada el resto del día.
-¿Así que...?
-¿Reconoces el camino?
Permaneció en silencio. Observando y recordado. Luego de unos segundos se dió cuenta.
-¿Por qué me llevas ahí?
Sacha tomó un segundo para mirarla, sonrió y le extendió un encendedor. Ella miró al asiento trasero y comprendió. Se quedó en silencio y observó el encendedor en sus manos todo el viaje.
Una vez que llegaron, estacionó a un lado de la ruta, le abrió la puerta a Kara y tomó su mano. Ella bajó, él tomó los bidones de gasolina del asiento trasero y le dió uno a ella.
Comenzaron a caminar entre los arboles por el camino que no había sido transitado por años y luego de unos minutos llegaron. Fue duro para Kara volverse a ver frente a la puerta de su antiguo "hogar".
-Vamos,-Sacha puso la mano en su hombro.-Te sentirás mejor.
Suspiró y asintió. Luego comenzaron a rociar la gasolina por el porche, entraron y rompieron todo lo que encontraron a su paso y cuando terminaron de destrozarlo todo volvieron al porche, ella tomó el encendedor, no prendió y miró a Sacha, quien susurró "Hazlo". Y lo hizo, todo estaba en llamas. Se alejaron unos pasos y contemplaron el fuego, no todos los días ves una casa prendiéndose fuego. Aunque cuando la ves no te sientas frente a ella a ver como se derrumba.
Sacha se acercó y la abrazó. Y se quedaron ahí hasta que la última chispa se apagó.
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Kara
Teen FictionÉl reconocía perfectamente esa angustia disfrazada de rabia, esa manera de fingir odiar a los demás cuando en realidad odiaba a la vida, y a si misma. Y quizás no del todo, pero la conocía. O solía hacerlo. Ella solo quería que todos se alejaran...