Capítulo 2.-

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Lo logré. Dios no puedo creerlo. Pude volver a subir aquí el fic. No saben lo alegre que estoy, le agradezco a mi primo experto en tecnología por ayudarme.

Graaaacias

"No me pueden convencer las lágrimas que muchas veces he visto caer"


★••••••••••★

-¿Listo para qué?- pregunté imapaciente, tapandole el paso a ambos.

Se quedaron unos segundos mirandome, comienzo a perder la poca paciencia que tengo, y estoy seguro de que terminaré insultando a ambos si ninguno de los dos me contesta.

-¿De que hablas Ayato-kun?- no te hagas la desentendida, la miré fijamente mientras ella tenía un escalofrío por ello.

-Subaru, ¿Para que demonios estás listo?- le pregunté ahora al peliblanco, que volteó a los lados, como si la cosa no fuera con él.

-Para cosas que no te interesan- musitó con su tono arisco ¡Jodido Subaru!

-¿Te gustaron los takoyakis, Ayato-kun?- preguntó la rubia. Me encantaron, son mi platillo favorito. Pero es obvio que no diré eso en voz alta.

-Podrías mejorarlos- respondí en cambio con una sonrisa. Al parpadear, ninguno de los dos estaba frente a mí.

-¡Maldita panqueque!- exclamé furioso, Reiji pasó en ese momento, mirandome inconforme.

-Necesito que tú, el inmaduro y el pervertido vayan ahora al centro- demandó, justamente, Kanato y Raito venían tras de él.

-¡El centro está lleno de humanos! Habrá sangre humana por todos lados. Desagrable, ¿Cierto Teddy?- habló Kanato, es la primera vez que concuerdo con él.

-Me niego a ir con ellos. Ore-sama no puede salir a lugares tan asquerosos- negué con la cabeza, dejándome caer al sillón, encima de Shu... maldición.

-Ayato, obedece de una buena vez. No estamos para andarte cumpliendo tus caprichos deja de molestar o dormirás en la alberca toda la semana. ¿Entendido?- ¿Nunca han escuchado la teoría de que los más calmados son los peores al enojarse? Bueno, esta no es la amenaza más grande que me ha hecho.

-Eh, vamos Ayato-kun, Reiji-kun nos mandó a comprar algunas cosas, ¿No quieres desobedecerlo, cierto?- Raito se había mantenido callado durante todo este tiempo. Suertudo.

-Raito tiene razón. Lárguense de una buena vez- el obsesivo del orden, nos echó prácticamente de la casa. Vaya, que buena forma de pasar el día.

-Mmmm, veamos, tenemos que ir por 24 litros de jugo recupera sangre, algunas vendas, y un paquete de toallas sanitarias... Son cosas para Bitch-chan- recitó Raito con una sonrisa y un sonrojo ligero en sus mejillas.

Le arranqué la hoja con furia, leyendo yo esta vez, solo para cerciorarme de que no estuviera mintiendo. Ok, ok, Raito la leyó bien, teniamos que ir a buscar eso, y pastelillos de frutilla y chocolate.

-Ayato, Reiji-san nos prohibió usar la teletransportación. Tendremos que ir en la limousine- replicó Raito, todavía con las mejillas sonrojadas, espero, que sea por pena.

-Ya entendí, estúpido obsesivo del orden y sus reglas sin sentido- dije molesto, Raito y Kanato solo suspiraron asintiendo, es que, era cierto.

Caminamos solo para darle la vuelta a la casa, llegando a la limousine encontramos una nota pegada al asiento de los pasajeros, con el nombre de nosotros sobre ella... Esto no me huele nada bien.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2016 ⏰

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