PRÓLOGO

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Estaba sentada en la banqueta viendo como el sol se escondía y la noche se asomaba por ese horizonte que se posaba ante mí. No paraba de pensar, estaba emocionada pero a la vez me invadía la curiosidad de saber que pasaría el próximo mes. De repente los recuerdos de mi ex novio volvieron a mi mente. Ese agujero en mi pecho aún no estaba cerrado del todo; hacía mucho tiempo que no pensaba en él. Una lágrima recorrió mi mejilla hasta caer en el piso y secarse con los tenues rayos del sol que quedaban. El ocaso era el único testigo de los momentos que pasamos juntos Brais y yo. Supongo que es difícil tratar de seguir adelante cuando no sabes si lo indicado es eso, o mejor tomar otra ruta, otra alternativa. Y es más complicado hacerlo cuando el pasado, los recuerdos y el amor te mantienen atada a algo que ya no podrá ser más.

Una vez alguien muy sabio me dijo que solo se ama una vez. A veces me viene a la mente aquel comentario tan fugaz que me hace reflexionar, y me pregunto si será cierto eso; ¿Cómo sabemos que en realidad amamos a una persona? ¿Cómo estamos tan seguros de que solo a una persona se puede amar, si la mayoría de los sentimientos son efímeros y ambiguos? Pero la imagen de Brais me viene a la mente y todas esas preguntas quedan en el olvido, él ha sido la mejor parte de mi vida, la más pura y hermosa parte de mí.

Mi ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora