Conociendo, y entrevistando

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Puntualmente a las cuatro de la tarde la puerta del dormitorio se abrió, y dejó pasar al chico más guapo del hospital, tendría mi primera cita.

-Hola hermosa-dijo mientras se acercaba con una cámara fotográfica en la mano, me había sacado una foto apenas entró- ¿Estás lista?

-Lista- tomé su mano- ¿Para qué la foto?

-Para una sorpresa que preparo.

-Las sorpresas me ponen muy ansiosa- fruncí el seño, a los 8 años recorrí toda la casa buscando mi regalo de cumpleaños, que resultó estar en el armario de mis padres, lo más arriba posible. Eso no me detuvo y escalé el armario. Esa fue mi primera visita al hospital.

-Tengo muy claro que no te gustan las sorpresas, pero  esto aun no está listo.

-Bueno, mejor vamos. ¿Sara sabe de esto?- Las enfermeras debían saber de cada salida de los pacientes, y Sara era la jefa de enfermería, asique ella era la primera a quién avisarle en caso de un paseo.

-Se lo dije apenas llegué, me pasó este aparto marciano- sacó de su bolsillo una especie de control remoto con un solo botón rojo- En caso de una emergencia lo oprimo y ellos vendrán.

-Genial, muy moderno.

Caminamos hacia la sala de espera, y luego nos dirigimos hacia la salida al patio del hospital. Yo creí que íbamos a la cafetería, pero al parecer Nick tiene un plan, lo noto por la mirada de determinación, y aunque no lo "conozco" hace mucho no es difícil leerle los ojos, son muy expresivos.

En el patio abrió la mochila que traía, sacó una manta y la puso en el pasto, nos sentamos y comenzó a sacar y sacar frascos con comida, creo que me enamoré. De las frutillas, por supuesto.

-Todo se ve muy rico. Supongo que tu sabes mucho de mi, pero yo se muy poco de ti. Podrías contarme cosas que yo antes sabía- sugerí.

-Si, buena idea. Tu sabías muchísimo de mi, asique esto tomará tiempo- puso cara de seductor- quizá más citas.

-Todas las que sean necesarias.

-Perfecto. Entonces te contaré todo. Nací en Irlanda, mi papá fue asignado embajador cuando yo tenía tres, por eso estamos aquí, mi mamá se llama Martha y mi papá James, te adoran por cierto.

Tengo una hermana mayor, Janine, está estudiando en Oxford hace 4 años, viene sólo para Navidad. 

-¿Dónde estudias, y en qué curso vas?

-Voy en 3ro, en el Colegio Suizo, estoy ahí desde primer año básico, y antes que preguntes tengo muy buenas notas, de los mejores- me guiñó un ojo.

-¿Cómo supiste que iba a preguntar eso?

-Tu misma dijiste, sé mucho de ti. Y además lo preguntaste en la primera primera cita.

-¿Qué haces en tu tiempo libre?

-Toco piano, salimos juntos o con mis amigos, juego videojuegos, pero poco. Aveces voy al gimnasio y estoy tomando clases de Karate- se notaba que algo de actividad física debía hacer.

-¿Hace cuánto tocas piano?

-Unos cinco años.

Hablamos no sé cuánto tiempo, era una persona muy interesante, y también un excelente chef, porque devoré todo lo que había ahí. Más tarde volvimos a la habitación, y entró Sara a avisar que el horario de visitas había acabado. Nick se fue, no sin antes despedirse con un beso que me dejó casi en una nube.

-Hey, chica! Vuelve a la Tierra por favor- dijo Sara risueña.

-Muy divertida, ¿qué viene ahora? Tengo un examen ¿no?- pregunté ahora más adormilada.

-Si, te llevarán a hacer una Elctroencefalografía, te aseguro que no duele. El doctor vendrá a verte dentro de poco- dijo mirándome atentamente- Tu madre me dijo que ya sabes sobre...

-Si, me lo contó todo. Me parece bien, pero aún así quiero hablar con Hale, mi mamá lo hizo con Nick, asique será normal si lo hago ¿o no?

-Hale se va a divertir mucho con tu charla.

-No es "la charla", esa de la que hablan en las películas. Sólo un pequeño interrogatorio.

-Pagaría por ver eso- se rió y se fue.

Personalmente creo que es normal que pretenda hablar con el pretendiente, novio, o andante de mi mamá, y no es porque sea Hale, lo haría con cualquier persona, además soy muy sutil y no se dará ni cuenta de que estaré evaluando. Justo en ese momento el Doc con su bata blanca entró. Precisamente a quien necesitaba.

-Hola Doc-sonreí- ¿como ha estado el turno?

-Ajetreado, gracias por el interés. ¿Y tu qué tal?

-Bastante bien, pocos mareos. Doc ¿tiene esposa?- al parecer fui estúpidamente directa porque su mirada curiosa me sugirió que quizás ya sabía a qué viene la pregunta. 

-Soy separado.

-¿Tiene hijos?- seguí con mi encuesta, de todas formas ya sabía lo que estaba haciendo, y no parecía molestarle. Como dijo Sara le parecía divertido.

-No, no tengo. Y antes que preguntes, no, jamás he estado en la cárcel- sonrió.

Dios, estos hombres siempre saben que se les va a preguntar.

-Veo que tu mamá te contó sobre ésto.

-Si, supe hoy.

-Dime, ¿Tu qué opinas?- sus ojos brillaron sutilmente, se veía incluso más joven.

-Me parece fabuloso si están felices ambos, a ella le va a hacer bien, y eres buena persona.

-Muchas gracias.

-¿Ella te gusta realmente, o sales con varias mamás de pacientes?

-Jamás había hecho esto antes, pero ella es distinta, Val, realmente me gusta.

-Que bien, pero te advierto de inmediato que si le haces algo, conozco tus turnos y puedo hacer que tu muerte parezca accidente- le sonreí relajada, para que notara que era broma, no soy asesina.

-No podría. Volviendo al tema médico, ahora te harán exámenes y puede ser que en un par de días te demos el alta, volverás a tu casa si todo sale bien.

-Eso es maravilloso, pero como doctor usted qué cree, ¿Cuando vuelva a clases tendré que repetir los años que olvidé?

-Ese es un tema que no había considerado, tendremos que ver cómo es tu aprendizaje, quizás ahora aprendas rápido, o con sólo repasar los contenidos puedas recordar todo. Si es así, lo más probable es que tengas que repetir el año que estas cursando, perdiste dos meses completos, y ya van a salir de clases en unas pocas semanas. 

-Bien, gracias.

Me preocupaba tener que repetir un año, yo quería poder llegar luego a la universidad, y ahora veré cómo mis amigos pasan a tercero y yo vuelvo a segundo. Tengo notas muy buenas, pero por culpa del maldito accidente tendré que repetir, eso me enfurecía. Pero sé que es lo mejor, tanto para que mi cerebro no tenga que ser sobre exigido como para que mi futuro sea mejor y no me salte años. 

Esa noche dormí poco, pensaba en mil cosas al mismo tiempo, tanto cosas buenas como malas. La única forma de despejar mi mente fue rezar, yo era católica pero nunca había sido de rezar todos los días, agradecí y pedí que todo fuera lo mejor posible. Si había hecho algo malo y por eso Dios me castigaba con todo el asunto le pedí perdón, y volví a agradecerle, por mis amigos, mi familia, la atención médica, y mi salud, a medias, pero por mi salud.

Hay veces en que la fe es una necesidad, y el hecho de seguir con la religión en un momento difícil ayuda mucho, es el simple hecho de pensar que hay algo mucho más grande que te dará una mano, sea Ala, Dios, tu karma o el universo. Me libré de la carga de mi conciencia "religiosa", insisto, jamás había hablado tan urgentemente con Dios. Al poco tiempo caí en un rotundo y tranquilo sueño.





Profundo en mi memoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora