A la luz de la luna

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Ya estaba atardeciendo, cuando en ese mismo instante preparada mi vieja y roja mochila, con la que he vivido muchas de las aventuras de mi vida. Mientras me vestía y metía los libros en la maleta, alguien llamó a la puerta; era mi hermano pequeño Lucas. Traía consigo un diario y un bolígrafo, y me dijo al darme esto:

- Toma, lo he encontrado en la habitazión de mami y papi - (por cierto, él no sabe pronunciar la s)

Me quedé asombrado cuando me lo dio, pues la verdad es que no me suele hablar porque me odia. Ya cuando había abierto la boca de alucinación, abrió la puerta y salió gateando a toda pastilla. Lo que me extrañaba de verdad era que mis padres tuvieran un diario; pero al soplar sobre la portada, me dí cuenta, que creo que Lucas sabía que iba a hacer; pues el título (escrito con tinta permanente), era: "Algo por encontrar, algo por descubrir". No ponía ni el autor, ni la ilustración ni nada. Al pasar las primeras hojas, me percaté en una dedicatoria:

"En este libro verás, querido lector, que todo, pero absolutamente TODO cuanto te propones es posible consiguirlo. No importa si es difícil o sencillo, siempre un reto tiene su reconpensa."

No tenía tiempo de leérmelo por encima, asi que, cojí, lo metí, y me fui en dirección al bosque. Allí, me esperaban Helen con su verde y gran bolso; y por último Pirufí con un gorro rojo y ... una maleta?!!!!??? Al preguntarle por qué diablos llevaba esta pequeña maleta hecha por hojas secas, nos contó, que era para guardar sus "preciadas" margaritas. Nos reímos montón cuando lo dijo, - pero cómo puedes llevarte esoooo - le decía. Casualmente, ese día, Helen al ir de pesca, le pidió a sus diablos de sus hermanos la barca; quiere decir, que iríamos a nuestro destino en barca por el río Amazonas, luego el océano atlántico,....; hasta llegar con el final del mapa, y encontrar ese "tesoro". Caminamos y andamos, y llegamos a la barca. Helen, había cojido provisiones para el largo viaje; como mantas, agua, comida,.... Nos montamos en ella, Piruflí sostenía el mapa y el pergamino, guiándonos a Helen y a mí por dónde remar, y a qué dirección. Ese día, la luna lucía un esplendor de luz, e iluminaba maravillosamente el bosque, la barca, y el agua.

Ya habíamos empezado cuando de repente, nos dimos la vuelta a nuestra cabeza rápidamente, pues Piruflí, gritaba que había visto un Tiburón Toro. En realidad tenía tooda la razón del mundo. Estábamos rodeados por un gran animal salvaje. Asustados, desperdiaciamos un gran trozo de pescado, que había conseguido Helen esa misma mañana. Se alejó. Lo conseguimos, pero teníamos que remar tan rápido como pudiéramos por si volvía.

A la mañana siguiente, Helen se puso a empezar a remar (porque yo había remado toda la noche cuando ella dormía), mientras desayunaba, ala vez que  investigaba y leía aquel extraño libro, que me había entregado Lucas; ahora que lo pienso, ¿les dirá a los demás a dónde, con quién y por qué me voy? Helen me ordenó despertar a Piruflí, pues le tenía que indicar el camino, y hacerlo sólo no es sencillo. Me acerqué a él y le chillé en el oído (porque es imposible despertarle):

- ¡Piruflííí! ¡Un gato está subiendo por la barca a por tiii! - le grité eso porque el mayor depredador del colibrí es la familia de los gatos. En muchas regiones hay gatos domésticos que los capturan cuando se detienen para posarse, , e incluso subir a los árboles, también los encuentran en sus nidos. En la naturaleza existen muchos tipos de gatos que son excelentes cazadores, y tienen el factor sorpresa de su lado, encuentran el colibrí como una comida rápida que van a consumir si la oportunidad se presenta.

En el momento, Piruflí abrió tanto los ojos y se levantó tan rápido como al volar, y separarse del bote. Aún flotando en el aire, asustado de pánico y malhumorado por el susto, dijo:

- ¡Pero Harryy! ¡Cómo se te ocurre levantarme de esa maneraaa! Sabes que odio los gatos; pero ¿en serio que hay un animal horrorosos, salvajes, peludos y espeluznantes por aquí? - (por cierto, me llamo Harry)

- ¡No tontoo! ¡Es un truco que tenemos Helen y yo para despegarte de la cama! - digo a carcajadas

Helen, escuchando nuestra conversación, observaba, como su hermos sonrisa, se iba expandiendo y haciendo más grandes poco a poco, mientras se partía de risa. Me gustaba ver a Helen contenta, sobre todo, cuando además sus ojos brillaban con un toque de esplendor; me sentía como atratapado y capturado por ella. Pirufí enfurruñado empezó a dirigirla hacia dónde tenía que ir, hasta que le ofrecí unas gafas de sol que había comprado antes de ir al bosque (sabía que le harían ilusión).







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⏰ Última actualización: Feb 21, 2016 ⏰

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