Nada en específico

Creo que te extraño.

Hoy iba caminando por el parque donde nos conocimos, y tiré el collar que me regalaste porque sentía que con el todavía invocaba tu recuerdo. Tus labios rozando contra mi piel, tu respiración agitada, tus vellos erizándose y tu sonrisa antes de descansar. Tener collar era como tenerte aquí, y a decir verdad, ya no te quiero aquí.

Anoche he conocido a alguien, pero cada vez que hablaba o hacía algún gesto lo comparaba contigo y ya no me parecía tan lindo, pero luego lo comparaba con tus acciones y su lindura parecía volver, de todas formas sé que caeré en lo mismo porque es lo que siempre pasa.

El otro día te he visto por la calle, puedo decir que estabas condenadamente hermoso, tuve la adrenalina y el coraje para ir a saludarte, pero por primera vez no fui impulsiva y no me acerque. Sé que no deseas verme, lo dejaste claro. Además, ella era muy bonita, seguramente te gusta que no tenga ni una pizca de parecido a mí. Quién sabe por qué estuviste conmigo si para probar cosas nuevas tal vez o para olvidarte de ella.

Recuerdo que te decía que no sabías cerrar la boca y todavía no lo sabes, ya que cuando aquella chica quiso decirte algo tu seguiste con tus mierdas que a nadie le interesa. ¡A mí sí me interesaban tus mierdas! Siempre te escuche, ¡Tú nunca lo hiciste por mí! Es lindo ser escuchado y lo sabes, ya que siempre te escuchan. Demonios ¿Qué hago extrañándote sabiendo la basura que eres? Creo que debería agradecerte por hacerme reflexionar que personas como tú no merecen segundas oportunidades, personas como tú, que solo quieren dañar a aquellos que los quieren, personas como tú merecen a su lado a alguien semejante, personas como tu directamente no merecen a alguien.

Así que gracias, gracias por ser la mierda que eres y ojalá las cosas malas te pasen a ti.

¡Por Dios! Creo que comienzo a odiarte. En fin: gracias por ser una basura.

Nota de autoras:

Primera de muchas historias.

-Ro y Ona.