Capítulo 5

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Tú la contemplabas de lejos, la veías llorar por mi hermano, y ambos, tragandonos el ego, la ira, el dolor y los celos llegábamos para hacerla sonreír.

Ambos siempre la adoramos a pesar de todo ¿No es irónico? Amar tanto al objeto de tu dolor, los humanos somos masoquistas, ebrios de amor.

Sagitario, es cierto que no me mirabas como a ella, que siempre estábamos peleando, y que no nos entendíamos para nada.

Pero, ya con las heridas menos frescas, puedo ver, con claridad, que te esforzaste por hacerme feliz, como aquella tarde caluroso que me llevaste a la feria, y ganaste un oso para mi...o el día que me dijiste te quiero por primera vez, y lo supe, supe que era verdad, tu me adorabas, pero, no de la forma que yo deseaba...

SagitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora