t r e c e

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—¿Te gustan las flores, Wendy? —le preguntó el pequeño pelirrojo a la rubiecita, mientras observaba detalladamente como ella jugaba con los pétalos de las margaritas.

—Sí —respondió. Los dos sonrieron y se sentaron en el pasto del parque, en donde yacía la plaza casi abandonada—. Me recuerdan a mi mamá —cruzaron sus miradas y el rostro feliz de Jack se borró—, ¿tú tienes mamá?

—Mm, sí, pero... —hizo una pausa—...ella... Ella... Está durmiendo.

—No comprendo —le dijo Wendy, con el ceño levemente fruncido.

—Es decir —tartamudeó—: Ella está durmiendo en el hospital, nadie sabe cuando despertará, pero creo que lo hará pronto —le confesó, Wendy sonrió plenamente.

—Tranquilo, Jack —ella le abrazó y besó su mejilla, lo que provocó que éstas empezaran a enrojecerse—. Va a despertar.

Y lo hará, de eso Jack estaba seguro.

Oh, bueno, eso creía.

Querida mamá: Despierta. [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora