Esperando

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Me acerco y abro lentamente la puerta tratando de no hacer ruido con los zapatos. Comienzo a sacar mi celular lentamente para ir marcando al 9-1-1, pero una vez cruzando la puerta ese peculiar perfume me erizó la piel. Conozco ese aroma a distancias y automáticamente cierro mis ojos. 

Cierro la puerta sin pestillo, por si necesitaba salir corriendo. Crucé mi cocina siguiendo la luz. Estoy segura que son velas. Entro en el comedor y una hermosa mesa finamente preparada me esperaba. Velas a mi alrededor, dos rosas y una nota en medio. Tomo la nota y leo que dice: "Ni en la distancia. Te amo. Marcus."

Siento mis ojos arder por la urgencia de llorar. Es un raro sentimiento entre alegría y tristeza.
Me volteo para buscarlo y me lo encuentro recostado en la entrada al comedor, vestido formal y con una mirada cansada.

-Mi vuelo aterrizó hace una hora, preparé todo esto, pero espero que no te moleste que no haya preparado yo la cena.

Me lancé a sus brazos sin darle tregua y lo besé con pasión y sobre todo urgencia. Lo extrañaba bastante. Extrañaba su calor, o solo extrañaba no sentirme sola.

 Me sostiene la cara en sus manos y me separa, yo mantengo mis ojos cerrados. No quería hablar de la emoción. 

-Te extrañé muchísimo, pero quisiera disfrutar de tu compañía antes de llevarte a la cama Theo. -Dice con voz cansada.

Abro los ojos y me encuentro esos ojos azules oscuros que me fascinan. Asiento con la cabeza y me siento en la mesa.
El me sigue y toma una botella de vino. Me sirve y trae la comida. Trajo mi favorita, italiana.

Cenamos en total silencio, cruzando miradas de vez en cuando. Un silencio incomodo y raro. Terminamos de comer y me levanto a recoger la mesa, Marcus también se levanta y se posa detrás de mi.
Me inclino a tomar los platos de la mesa mientras siento sus manos recorrer mi cintura. Cuando llega a mis caderas me voltea para levantarme y sentarme en la mesa. Pongo mis piernas alrededor de su cintura y lo atraigo hacia mí para besarlo y enrredo mis dedos en su cabello. Sus labios son carnosos y el beso es lento pero apasionado. Me enciendo al sentir su deseo cerca de mi entre pierna. Todo musculatura en mis dedos, perfecta piel trigueña y lisa.
Interrumpe el beso y susurra cerca de mis labios:
-Deseaba tanto hacerte mía de nuevo.

-¿Porque no te quedas conmigo y me haces tuya cada vez que desees? -Pregunté con esperanza.

-T... sabes que mi trabajo es muy importante y más ahora que comienza a crecer. -Respira profundo y se exalta de momento. -Ahora que recuerdo, déjame hacer una llamada y vuelvo contigo, no te muevas.

Dijo dejándome de piernas abiertas en la mesa y con la respiración entre cortada. ¿De verdad acaba de interrumpir un momento tan íntimo por una llamada? ¿Será siempre así?  Me acomodo el vestido y termino de recoger la mesa, bastante molesta por cierto. 

Pasada una hora me encontraba sola en la sala con la botella de vino casi acabándose, sin zapatos y el maquillaje corrido de unas cuantas lagrimas que escaparon. Marcus aun seguía de llamada en llamada y había sacado el portátil para tomarse su gran tiempo. Decido al fin darme un largo baño. Al salir Marcus está recostado en el cabezal de la cama con un brazo cubriendo sus ojos.

-Tengo que salir mañana a primera hora de regreso a Washington. Vienen de visita unos inversionistas y no se puede esperar para ultimar detalles. -Dijo sin mirarme.

-Me comienzo a acostumbrar. -Respondo seriamente y comienzo a secar mi cabello.

-No te molestes. Sabes que esto es para nosotros T, para nuestro futuro. -Se levanta de la cama y se posa delante de mi, yo continúo mirando el suelo. -Theo, se que es agobiante estar lejos uno del otro y que es difícil una relación como ésta. Pero sabes que lo que siento por ti es real. Quiero que cuando regrese de Washington comencemos a planificar nuestro compromiso. -Soltó sin animo en la voz.

Vivir AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora