Epílogo

506 58 17
                                    

Un año después.

Estoy en un avión rumbo a encontrar mi camino.

Les relataré brevemente todo lo que ha pasado en el transcurso de ese año.

Después de lo que le hicimos a la estación me metí en muchos problemas; mi prima se enojó muchísimo por lo que hice y me pidió que me fuera del apartamento, me dejó de hablar,  además le contó a mis padres todo lo que sucedió y ellos me obligaron a volver al lugar en el que crecí, me hicieron la vida imposible.

Me fundí en la depresión durante mucho tiempo, bebía casi todos los días, no comía y fumaba como una chimenea; me gradúe y no asistí a mi acto de grado. Mis amigos me apoyaban en todo lo que podían pero yo los alejaba y mis padres les tenían prohibida la entrada a la casa y yo no hacia nada al respecto, pelear con ellos es malgastar energía.

Mis padres me tenían bajo mucha presión con la cuestión de la campaña para las elecciones de gobernación, gastaron un montón de dinero haciéndome propaganda, me obligaban a asistir a aburridas conferencias y absurdos debates en los que los periodistas y los otros candidatos me bombardeaban de preguntas que a veces no sabia como responder, me juzgaban por ser la mas joven y por no tener experiencia en la política, algunas veces los dejaba a todos aturdidos con mi conocimiento callando bocas y pateando traseros y otras veces salía de esos lugares botando humo por las orejas. Caí enferma gracias al estrés y la presión en el que estaba por lo que mis puntos bajaron un montón gracias a mi ausencia en muchas reuniones.

Perdí.

Pasó el día de las elecciones y yo perdí quedando en segundo lugar con un 8% de diferencia entre el candidato ganador y yo.

Nunca en mi vida había estado feliz por haber perdido.

Mis padres están tan decepcionados de mi que no me quieren ver ni en fotos, han accedido a comprarme un apartamento en otro país y pagarme todos mis gastos hasta que pueda mantenerme yo misma para deshacerse de mi y eso hace que este literalmente brincando de la felicidad.

No se que me depara el destino al lugar que voy, no se que va a pasar, ¡Dios! Ni siquiera se lo que voy a comer mañana o si siquiera comeré pero no me importa, estoy dispuesta a aceptar todo lo que venga, no me rendiré.

No siempre la persona que esta a tu lado es el amor de tu vida, no siempre la persona que dice amarte realmente te ama, no siempre el chico con el que estas saliendo está siendo sincero contigo, a veces los para siempre duran menos que un suspiro, a veces un corazón roto es la mejor medicina para abrir los ojos.

Gracias a Eliezer me perdí, me perdí a mi misma, perdí mi esencia, mi camino, mi libertad, perdí mi futuro, perdí las ganas de volver a enamorarme, perdí a Pandora y hoy estoy dispuesta a encontrarla.

Mi felicidad depende de mi.

Soy libre.

-Pandora, te estoy hablando. -dice el chico sentado junto a mi pasando su mano por mi cara y sacandome de mis pensamientos.

-¿Que decías?

-Te pregunté si tenias miedo.

-Un poco. -le dije sonriendo, él me devolvió la sonrisa y me abrazo.

-No tienes por qué tener miedo, yo estaré contigo protegiendote y cuidandote, todo estará bien.

-Lo sé y estoy preparada para cualquier cosa que el destino tenga para mi.

-Esa es mi chica. -apretó mi nariz.

-Gracias por hacer esto conmigo Crew, te quiero.

FIN.

¡Hey, Chico del Metro!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora