La Invitación Especial de Kushina.

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El cuarto hokage, Minato Namikaze, ha hecho una invitación a toda la Aldea de la Hoja al Baile Anual de la Creación de Konoha, honorando a la familia Senju y Uchiha, Minato era tan amable que decidió repartir las invitaciones personalmente.

Una, dos, tres, cuatro casas y así sucesivamente hasta que vio aquella casa, la casa de Kushina Uzumaki; el rubio se acercó y tocó la puerta de madera quien fue abierta por una mujer de cabello rojo muy largo, era Kushina.

-Minato-sama!, qué le trae por aquí hoy? -preguntó ella levemente sonrojada.

Minato se mordió el labio disimuladamente al ver a Kushina en un vestido corto dejando a la vista sus torneadas piernas, marcando su trasero y sus senos.

-Pu..puedo pasar? -preguntó el cuarto hokage.

-Oh!, sí sí claro, adelante.

Minato entró al hogar de aquella pelirroja, acogedora, con un olor a lavanda.

-Por favor, siéntate. -pidió amablemente Kushina-  Quieres algo de tomar o comer?

-Un poco de agua no hará mal. -respondió con una sonrisa.

Kushina se dirigió a la cocina y en una velocidad abismal, Minato apareció tras ella, sintiendo el olor a frutas de su largo cabello, colocando sus manos en la cintura de ella, acercó su rostro a su oreja.

-Kushina, te deseo. -susurró ronco haciendo que ella soltara un suspiro.

-Mina.. Minato-sama.. Te.. -se detuvo y bajo la mirada.

-Kushina, también te amo, te amo desde que éramos niños.

Kushina volteó a verlo, sonrió y Minato la besó, tan dulce y deseoso que los sueños húmedos de aquella pareja sintiendo fluir su lujuria se hacían realidad.

Minato subió a Kushina en el mesón sentándola y posicionando sus manos en sus piernas sintiendo su suave piel, metió las manos bajo su vestido y acariciaba sus muslos mientras besaba el cuello de la pelirroja.

-Hueles bien. -dijo seductor.

Minato volvió a besarla, esta vez más intenso y lujurioso, mientras que Kushina jadeaba entre besos.

-Permíteme explorarte, Kushina.

-Soy.. Completamente tuya.. Minato-sama.

Minato sonrió lujurioso, tomó suavemente los senos de Kushina masajeándolos con suavidad, ella arqueó su cuerpo comenzando a gemir con fuerza el nombre del cuarto hokage.

Ella con timidez quitó la capa blanca que caracterizaba al hokage, luego quitó su chaleco de jounin dejándolo a un lado, Minato sonrió y quitó el vestido de Kushina de un jalón dejando ver sus senos cubiertos por su sostén y su feminidad por las bragas color crema que hacían juego con su sostén.

-Por Dios, Kushina, qué hermosa eres.

-Minato-sama, no me mire así, es vergonzoso. -dijo ella cubriendo sus atributos.

-Kushina, por favor, no te cubras, déjame admirarte. -respondió Minato con su encantadora sonrisa.

Kushina asintió, apartó sus manos suavemente y sonrojada miró a otro lado.

Minato se acercó comenzando a besar la montaña de sus senos, ella gimió tomando con suavidad el cabello rubio del hokage; Minato estiró sus manos hacia la espalda de Kushina desabrochando su sostén dando a luz sus bien formados senos y sus erectos pezones rosa.

Minato no dudó en aprisionar el seno izquierdo con su boca y jugar con el otro con su mano, Kushina gemía del placer, sentía que llegaría al orgasmo pronto hasta que él se detuvo y ella decidió tomar la iniciativa; bajándose del mesón acarició  el miembro erecto del rubio cubierto por su pantalón, ella desabrochando con torpeza bajó el pantalón y el bóxer del rubio dejándolo desnudo.

Minato, te amo. One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora