Capitulo 9

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CAPITULO 9 

Nicholas

 

Cuando Amelia salió de la habitación llevaba un vestido sencillo corto, se la notaba nerviosa, tanto que ni siquiera regreso su mirada antes de marcharse, y para colmo él había estado tan duro, que ni con una ducha de agua fría se pudo calmar, no quedándole de otra  que masturbarse, no recordaba haber deseado a una mujer tanto como la deseaba a Amelia. 

Después de la ducha se puso a revisar unos informes, el lunes se reuniría con los vendedores y si esa noche llegaba a convencerse compraría el hotel. Aunque desde ya le había dado una mala impresión cuando le dijeron que no tenían habitaciones para ellos. Pero todo dependía de esa noche, no era ciego sabía que habían más interesados en el  hotel. Y de muy buena fuente, sabía que  Lima Enterprise también estaba interesado en comprar el hotel, después de todo absorber a uno de los hoteles más grandes de los Ángeles supondría una mejora para ellos. Y lo que era una mejora para ellos, era una oportunidad de expandirse para él, Thomas Lima tenía todo un imperio él podía darse el gusto de perder una inversión, el no, el necesitaba una inversión segura.  

Siguió analizando la propuesta hasta que vio el reloj ya eran las tres de la tarde y Amelia aún no había regresado, él tampoco tenía que ponerse. Llamo a una tienda cercana a su departamento y pidió que le llevaran un traje negro Versace, junto con unos zapatos Armani. La fiesta empezaba a las ocho.

"Donde se pudo meter Amelia?" se preguntó, a las cuatro ya era tarde, pero se empezó a impacientar, porque ella no contestaba sus llamadas ni sus mensajes y ya eran las seis. En dos horas tendrían una fiesta y ella estaba desaparecida y "si le paso algo?". Sudor frio cayo por su espalda, o entendía porque le preocupaba tanto esa mujer.

De repente escucho que llamaban a la puerta, él se apresuró a abrir  y la vio. Estaba esplendida, llevaba el cabello liso, y estaba maquillada exquisitamente, era una Diosa, llevaba un par de bolsas en las manos. 

-Lo siento se me ha hecho tarde- pasando junto a él, deposito las bolsas en el sofá y fue a la cocina por un vaso de agua, ni siquiera dándose cuenta del shock en el que él se encontraba, agradeció al cielo, que le hubiera evitado la vergüenza,  el aun no podía apartar la mirada de ella, nunca había visto una mujer más bella que ella. Tenía las uñas pintadas de rojo, tentándolo, se imaginó esas uñas clavadas en su espalda, suspiro,  y su piel… Dios…. Su piel  brillaba. Estaba radiante.

Amelia 

Había pasado todo el día en la casa de su hermana, ella había llamado a su equipo de belleza para que las maquillaran y arreglaran su cabello. Sonrió. Se habían hecho de todo desde las uñas hasta un tratamiento de depilación. Tenía la piel suave y el cabello liso al final del día se sentía una reina.  Se sentía muy bien, aunque intentara negarlo, quería saber la reacción de Nicholas al verla, el que estaba acostumbrado a ver mujeres bellas.

Emma, su hermana,  es cantante, de mucho éxito de hecho y a pesar de que nadie sabía de su parentesco pasaban la mayor parte de su tiempo libre, juntas. Claro siempre y cuando su hermana no estuviera pegada a su novio Drew, que últimamente era muy seguido.  

Cuando la había llamado, para saludarla y le menciono que estaba en Los Ángeles ella había gritado de emoción, aunque su hermana no solía estar en la misma ciudad por mucho tiempo, aquella vez estaba en la misma que ella.  

-Yo también lo estoy! Ven a casa por favor!- le había rogado y ella había cambiado su plan tiendas por un día en casa de su hermana.  

-Esta noche tengo una presentación en un hotel- le había comentado su hermana mientras les pintaban las uñas, y cuando estaban recibiendo un delicioso masaje  se dieron cuenta de que hablaban del mismo hotel, gritando y asustando al masajista. Estaba siendo una tarde maravillosa.  

Al final de la tarde una de las casas de moda más importantes de la ciudad llevaron a casa de su hermana, varias colecciones de distintos de diseñadores, al final después de probarse muchos vestidos, se decidió por uno rojo. De pronto la realidad llego a ella cuando miro el reloj, era muy tarde salió apresurada de casa de su hermana, esperando verse con ella en la noche.

Cuando llego al departamento había evitado mirar la reacción de Nick a su nuevo look, aunque le interesaba no quería mirarlo, no quería hacerse ilusiones de nada. Pero había sido inevitable estaba atónito, sus ojos no se apartaban de ella. Ella sonrió para sí misma de satisfacción mientras bebía agua. 

-Me iré a cambiar o se nos hará tarde- le dijo caminando hacia la habitación con sus bolsas, el la siguió, como embelesado, ella sonrió más aun, sabía que era malo jugar con el pero era divertido, pero antes de que el pudiera entrar en el cuarto ella cerró la puerta con seguro. Rio en voz baja, le encantaba ser el centro de atención de Nicholas.

La Amante SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora