Capítulo 25

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CAPITULO 25

Amelia

Cuando se dio cuenta de su presencia Joseph cerró el teléfono de golpe, la miro asustado.

-Amelia- dijo acercándose a ella rápidamente.

-Quiero la verdad!- le dijo ella simplemente alejándose de el. Él se detuvo, estaban en una pequeña sala capilla.

-Yo…- dudo, Amelia lo miro, parecía perdido arrepentido, y lo supo,  ahora si no le quedaba nada, su amigo le había mentido, u omitido, al final era lo mismo, no podía contar con nadie. Por un momento había pensado que Joseph la amaba, incluso había pensado en tener algo con él y aunque ella no lo amaba pensaba que él era la única persona en la que podía confiar, la que no le escondía nada. Al parecer se había equivocado.

-Tienes un hijo verdad? Y si tienes un hijo… debes tener una mujer no?- lo miro frunciendo el ceño- los tuviste desde hace mucho verdad….

-Amelia escúchame yo… - intento el de nuevo, pero ella lo interrumpió

-Cuando estuviste en Los Ángeles en casa de mi hermana, ya tenías un hijo verdad- Amelia lanzo un grito ahogado- el asunto familiar que te detenía de venir conmigo a New York eran ellos verdad?- lo miro con ojos desorbitados, Dios! Se imaginaba lo que estaría pensando la madre del hijo de Joseph.

-Amelia yo…- ella se golpeó la cabeza, con la palma de la mano.

-Dios! Porque no me lo dijiste, te bese ese fin de semana, que….-Joseph se cansó de intentar explicarle pero ella no se callaba, se acercó a ella y le tapó la boca, ella intento zafarse de su agarre, pero el la apretó contra la pared.

-Escúchame- la insto, ella lo miro furibunda- Katherine me llamo el fin de semana que estuvimos en casa de tu hermana, dijo que se había enterado que regrese y que necesitaba hablar conmigo, le dije que no quería verla, Amelia, llegue aquí con el propósito que conquistarte - Amelia se quedó congelada en sus brazos- al ver mi negativa ella me lo dijo, teníamos un hijo con 3 meses de nacido, las cuentas daban con el tiempo de nuestra separación, así que fui a verla, está viviendo en Canadá, pero te juro que no pasó nada solo discutimos acerca de la custodia y educación del niño, Amelia yo te amo a ti- le juro, ella lo miro sorprendida.

-Me amas?- le susurro ahogadamente, sentía que le faltaba el aire.

-Sí, te amo- le repitió Joseph.

-Me amas? Pero me ocultaste que tenías un hijo!- ella lo empujo para que se alejara de él, el la miro como si le hubiera clavado un cuchillo en el corazón.

-Amelia no me alejes de ti, yo haría cualquier cosa por ti, yo…- ella lo miro con pena

-Tu, tienes un hijo que está enfermo, que te necesita, debes ir con el- él se acercó a ella, con mirada suplicante- Joseph… tu sabes que yo no te…-el le tapó la boca de nuevo.

-Si ya sé que estas enamorada de ese idiota, pero eso puede cambiar, yo quiero intentarlo, yo necesito intentarlo- le rogo, ella negó con la cabeza.

-Joseph yo nunca podría separar a un hijo de su padre, y si yo soy la razón que te detiene de estar con él, te ruego que te marches- el la miro dolido, la tomo por los hombros, obligándola a mirarlo.

-Amelia me besaste- le recordó.

-Lo sé y lo siento, fue un error- ella miro al piso- Joseph yo te quiero pero eso no es suficiente, en este mismo momento no confió en ti, no confió en nadie, debes dejarme resolver mis problemas sola- él se separó abruptamente de ella, su mirada había cambiado, ahora parecía molesto.

La Amante SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora