Mighty Long Fall Parte 2

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-es que están exagerando!- se defendió Taka-es demasiado estricta la escuela y...-

-esos son solo pretextos Taka! no tienes excusa, es de las mejores escuelas ¿qué esperabas?- decía su padre alterándose cada vez más aunque su madre trataba de mantener tranquilo tanto a su esposo como a su hijo y que no levantaran demasiado la voz. Mientras tanto, Hiroki y Tomohiro estaban en la habitación del menor donde Tomohiro había cerrado la puerta y se había puesto a jugar videojuegos para que así el pequeño Hiroki no escuchara el pleito que se estaba llevando a cabo en la sala en la parte de abajo.
-vamos Hiro es tu turno, no es divertido si no juegas conmigo Mario Kart- decía Tomohiro entregándole un control para que jugara.
-...porqué están regañando a Taka?? Hizo algo malo?- preguntó el pequeño que no había dejado de ver en dirección a la puerta desde que su hermano la cerró.
-bueno, ya sabes cómo es Taka, le encanta meterse en problemas-dijo Tomohiro acercándose a su hermano-aún así no creo que sea demasiado grave, todo va a estar bien-
El pequeño Hiroki no quedó muy convencido pero sabía que tenía razón. Sabía que su hermano mayor tenía suerte para meterse en problemas y acabar regañado por su padre ya de por si estricto.

Luego de casi dos horas de
discusión todo estaba ya en silencio, Taka encerrado en su habitación sumamente enojado con su padre por no entender que la escuela definitivamente no era lo suyo. Sus padres se encontraban en la sala, seguramente hablando entre ellos lo que harían con el mayor de sus hijos. En cuanto a sus hermanos, ellos se encontraban en el cuarto  del hermano de en medio viendo la televisión.

Los días siguientes Takahiro y su padre ya no discutían más para alivio de los otros integrantes de la familia Moriuchi, sin embargo, su padre le daba el peor de los castigos que puedes recibir: la mirada de decepción en su rostro cada que hablaba con su hijo, al joven le dolía y aunque tratara de ocultarlo, el que su padre le dirigiera esa mirada lo hacía sentir mal, lo hacía sentir culpable pero eso no quitaba que el haber salido de esa escuela para "mataditos" le quitara un peso de encima. Aún le quedaba  NEWS en donde de alguna forma podía mostrar su talento y hacer lo que más le gustaba en la vida.

-entonces te van a meter en otra escuela?-
-si, no me libré de esa- dijo Taka dejando su bebida en la mesa-pero cambiemos de tema, no quiero hablar más de eso-
Taka y sus amigos habían ido a un karaoke a divertirse un rato. Regresaron ya algo tarde a sus respectivas casas luego de varias horas de diversión.
Se lo habían pasado de lo mejor, cantaron, rieron, bebieron, se divirtieron como nunca. Adoraba divertirse así con sus amigos y con su novia.
Su novia a quien había conocido en la escuela. Ella y sus amigos eran la única razón por la que le agradaba asistir pero ahora que ya no asistía trataba de salir con ellos lo más que podía.
Ni sus padres ni sus hermanos y micho menos la agencia donde estaba sabían de la existencia de aquella bella y afortunada chica dueña de las caricias y los pensamientos del joven Takahiro.
No le importaba que sus padres supieran que tenía novia, sin embargo en su contrato con NEWS estaba escrito que tenían estrictamente prohibido tener noviazgos. Al chico, por supuesto, se le hacía una regla de lo más estúpida. "¿acaso ellos nunca se enamoraron cuando eran jovenes? ¿qué tenía de malo una novia?" Es lo que se preguntó él en el momento en que conoció a Yozora Kazegawa.
La chica iba en su mismo salón y poco a poco comenzaron a hacerse amigos. Un día de esos Yozora le confesó lo que en realidad sentía por él y Takahiro aceptó salir con ella pues también había comenzado a gustarle su amiga.

-bueno, nos vemos- dijo él que había ido a dejar a Yozora a su casa y ahora se encontraban en la entrada de ésta.
-si, ve con cuidado me mandas mensaje cuando llegues a tu casa- dijo ella con una sonrisa-gracias por hoy, me divertí mucho-
-jeje eso me alegra, luego podemos ir los dos solos o ir a Shibuya-
-eso sería estupendo-
Todo se quedó en silencio, sin embargo, no era uno de esos silencios incómodos. Era uno de esos silencios en los que se comunicaban con las miradas. Ambos pensaban lo mismo pero no sabían como comenzar. "Bésame" era lo que sus mirada, sus rostros, sus sentimientos decían, no, mas bien lo gritaban.
Fue entonces cuando con el corazón latiendo tan rápido que su dueño creyó que podría salirse de su sitio en cualquier momento se acercó, colocó sus manos suave y lentamente a cada lado de la cintura de la joven y dio un paso al frente quedando ambos tan cerca que el resto del mundo desapareció y solo estaban ellos.
Tanto Yozora como Takahiro se habían sonrojado pero la obscuridad de la noche lo ocultaba. Él la miraba fijamente, de manera tierna y con una sonrisa en su rostro.
-Taka...- fue todo lo que alcanzó a decir Yozora antes de que el chico reduciera la poca distancia que había entre ellos a nada. Sus labios hicieron contacto, ambos cerraron los ojos dejándose llevar en lo que al principio era un simple beso de despedida y que ahora era uno más cálido, uno más pasional, uno en el que demostraban aún más cuanto se querían. La calidez de aquel gesto contrastaba con el frío del ambiente, Takahiro había rodeado la cintura de la chica con sus brazos y los de ella rodeaban el cuello de él manteniéndose así lo más juntos que les era posible.
No querían separarse pero él todavía tenía que volver a casa.
-...ahora si ya me voy- dijo con suspiro-te mando cuando llegué-
-si... Nos vemos!- dijo ella haciendo un gesto de despedida con la mano y luego entró a su casa.

When the clock strikes ONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora