Fran, era lo contrario a mi. Era simpático, sencillo, agradecido, modesto, tenia buenas calificaciones, no desperdiciaba el tiempo...
Fisicamente el era hermoso, nadie lo notaba, daba otra cosas que admirar, como ya dije el era modesto y no presumia su cuerpo trabajado. Su pelo era marron oscuro, su peinado siempre fue pasarse el peine hacia arriba y listo, sus cejas eran tan perfiladamente naturales que encantaban si les ponias atención, sus ojos eran avellana de color marron oscuro, era precioso.
Sus padres eran geniales, su madre una diseñadora de moda que no dejaba escapar un detalle menor. Era tan buena, comprensiva, podía contar con ella para hablar de mis problemas con mis padres, siempre me decía La culpa no la tiene el chancho... en fin, su padre era actor lo reconocí en el momento que lo conocí aunque bueno Fran no era popular por ello, todos en el instituto éramos ricachones por algo. Pero me estoy adelantando, continuando...
-Estaba a punto de abrirlo...- Me queje mirandolo con el ceño fruncido.
-De nada.- Sonrió con lo ojos cerrados.
-¿Todos los días te tendré que ver la cara?- Pregunté bufando mientras sacaba mis cosas del casillero.
-Suponiendo... sip, mi casillero esta al lado del tuyo.
-Que mal, pero ya que todos los días estaras mirando como abro el casillero te comunico que puedo hacerlo sola.- Dije tomando la correa de mi bolso.
-¿Por qué eres así?- Me pregunto un poco ¿molesto? Blanquee los ojos.
-Porque me pareces un tonto.
-¿Sabes... Azul? No eres la unica chica bonita, rica o con lindo cuerpo en este lugar. Solo eres una mas de las alumnas que ya sabes... viven de los demas.- Abrí mis ojos y mi boca tambien.
-¿Qué vivo de los demás?
-Si, ya sabes...
-¡Yo no soy una arrastrada o una caza fortunas si a eso te refieres!
-No, a eso no me refiero...- Dijo serio.- Eso lo dijiste tu sola... me refería a que solo te preocupa el que dirán y que te acepten.- Con una mano me señaló mi pollera.- Tratas mal a las personas para sentirte superior y...- interrumpi poniendo una mano frente a el. Y me escape de ese lugar, me habia hecho sentir tan mal. Sentía presión en mi cabeza, un nudo en la garganta y ganas de llorar. Fui a mi clase intentando mantener la respiración, sabia que se me podía escapar un sollozo y seria horrible. Otra vez me sente en el mismo lugar. Intenté distraerme con Facebook hasta que llegara el profesor.
Los siguientes días llegaba mas tarde para no cruzarme a Fran, ya era viernes y había quedado en salir con Liam en una discoteca, le dije a mi padre que me recogería el hermano de mi amiga, le mentí diciendo que iría a la casa de una amiga porque era su cumpleaños y llegaría muy tarde.
Debati mucho en si aceptar o no las incistentes invitaciones de Liam, la estúpida razón por la que no quería aceptar era por mi orgullo... no quería admitir, de alguna manera, lo que me había dicho Francisco. Era como un tipo de competencia aunque él no lo sabía, era como que si yo era la única competidora. En fin, luego de un tiempo osea, días, tal vez 1 o 2 le dije que sí y arreglamos en ir a una discoteca obviamente también era un mocoso malcriado y me pasaría a buscar por mi casa e iríamos a la mejor discoteca de la ciudad cómo hacían todos los que iban al instituto en el que estaba ¡bueno! Esa noche recuerdo que era un viernes porque era el último día de clases semanal. Me recogió por mi casa a las 8 porque teníamos una hora de viaje hasta el dichoso lugar que ni siquiera sabía en dónde se encontraba.
-Hola.- Dije entrando al auto.
-Hola preciosa.- Dijo acercándose a besar mi mejilla.- ¿Lista?- Asentí con una sonrisa.- Genial, porque si no lo estabas te dejaba aquí y me iba.- Reí rodando los ojos.
Mientras íbamos en el auto, que por cierto era hermosamente lujoso, miraba su rostro con adoración. Liam era hermoso, Dios lo había bendecido demasiado perfecto. Encajabamos perfectamente, eramos la pareja perfecta.
-¿Te gusta mucho observar a las personas?- Me pregunto con la voz ronca. Mi pecho vibró por una silenciosa risa.
-¿Por qué?
-No dejas de mirarme.
-Es que me gustas...- Susurre bajito, no me atrevía a decirlo alto. Una enorme y sexy sonrisa se dibujo en su rostro. Sentía ardor en mis mejillas ¡No podía haberme escuchado!
-Tu también me gustas, Azul.- Me miro por unos segundos y volvió la vista al frente.
En ese momento no quería sonreír, me avergonzaba, miraba hacia la ventanilla intentando guardar mi sonrisa haciendo una línea en mis labios. Mierda, me costaba tanto. Se me escapo una risilla que paro cuando el puso una mano en mi muslo... acariciándome.
Foto de Fran en multimedia.
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Amigos, Por El Momento.
Teen Fiction-¿Por qué no me volviste a hablar? ¿Es por ella?- Apreté mis labios frunciendo levemente el ceño. No contestó.- ¡Ya deja de ignorarme! No lo merezco...- Susurre cabizbaja viendo como una lágrima caía sobre mi bota. -Lo siento.- Me miro un segundo y...