Los días que pasé a tu lado, fueron siempre tranquilizadores, nos sentábamos uno a lado del otro, a contemplar el cielo, penando y recordando la gloria de aquellos viejos amores.
Tú, cumplias con tu papel, yo, trataba de hacerlo, pero cada vez que tus labios tocaban los mios no podía más que pensar en ella.
Siempre lo supe, Capricornio, tú también pensabas en él, el chico de los ojos amables, el que te había acompañado siempre.
Ambos habíamos perdido nuestros mundos, pero por lo menos estábamos haciendo lo correcto... ¿Verdad?
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Capricornio
Short StoryEras una niña, pero tenías la mirada de un adulto, un alma dulce y amorosa que se había tornado seria y amargada, un alma confinada. Te empeñabas en cargar al mundo en tu espalda, temerosa de defraudarlos a todos, mintiéndote a ti misma, temblando p...