2. Demonio travieso.

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Edward sentía, no, sabía que no debía estar aquí, pero la curiosidad le había ganado y aquí estaba. Caminando solo por el bosque, paseando sin rumbo alguno. Había algo en este bosque que lo había traído hasta aquí, que según su hermano Stiles era un árbol mágico a la que le ocurrió no se qué historia que seguramente su trillizo le había contado, pero Stiles decía demasiadas palabras juntas que solo Andy entendía. Edward no estaba hecho para escuchar a la gente, eso seguro.

El fresco olor a pino se colaba por sus fosas nasales, dándole un extraña tranquilidad que solo el bosque le era capaz de proporcionar. Necesitando liberar tensiones, Edward comienza a transformarse en un pequeño zorro negro, su cola estaba formado por una especie de sombra negra que bailaba al rededor de su pelaje. Edward amaba su forma animal pero debido a la escasez de su especie, debía tener cuidado cuando se transformara ya que cualquier cazador que lo descubriera, lo asesinaría de inmediato.

Y todo por que él era un nogitsune, un zorro oscuro.

— Así que eres un nogitsune —los músculos de Edward se tensan de inmediato, quedándose completamente quieto encima de una roca. Ni si quiera era capaz de respirar sin temer a que el desconocido le atacara. Pero entonces estos se relajaron al notar aquel olor. 

— La verdad es que eso no me lo esperaba —Scott se mantiene serio, mirando fijamente al zorro, quien a comenzado a devolverle la mirada— No eres nada feo en tu forma animal —sonríe de manera forzada. Poco a poco, Edward vuelve a su forma humana, quedándose en tan solos unos pantalones rasgados que le tapaban poco. 

— ¿Cómo me has encontrado, lobo? —Edward ladea la cabeza, mirando a Scott con el ceño ligeramente fruncido.

— ¿Alguna vez te han dicho que tienes un olor muy exquisito? —su voz suena ronca, casi seductora.

— ¿Alguna vez te han dicho que eres demasiado curioso? —sonríe de lado, mirando a Scott con un extraño brillo.

— Más veces de las que puedo contar —dice— ¿Qué hacéis por mi territorio? Nunca os había visto antes por aquí.

— Hemos venido a cazar —responde Edward como si eso fuera lo más obvio— Y puede que vayamos a quedarnos por un tiempo, así que si tienes problemas de territorio, cuéntaselo a mi hermano —.

— ¿A cuál de los dos? ¿Al flacucho o al otro? —pregunta confundido, siendo incapaz de diferenciarlos.

— Al otro —gruñe algo enojado por la forma de dirigirse a sus hermanos.

— Dile al alfa que vaya al loft de Derek —dice— Sé que nos habéis investigado, así que no te hagas el confundido.

Edward esboza una sonrisa traviesa, mirándole con diversión— Me ateapastes.

— Eres muy travieso ¿No es así? —Scott sonríe de lado, mirando al menor con tal intensidad que Ed se siente desfallecer.

— ¿Tú que crees, lobo? —se relame los labios de manera provocativa, haciéndolos brillar. Para Scott ese gesto no pasa desapercibido.
Bajo la atenta mirada de Edward, Scott avanza unos pasos hasta quedarse a penas unos centímetros cerca del rostro del zorro.

— Me gustan los zorros traviesos —susurra en el oído de Edward, provocándole que a éste le tiemblen las piernas.

Pov Andy.

Sonrío de lado al ver el ceño fruncido de Stiles, comenzando a oler a un ligero olor de enfado.
Mi hermano habia intentado convencerme de ir a buscar a Ed pero yo no quería, al menos no hasta que mi trillizo se encontrara con el alfa de la manada McCall.

No es que fuera a traicionar a mis hermanos ni nada parecido pero tenía la ligera sospecha de que en esa manada se encontraban nuestros compañeros. Y no podia dejar pasar una oportunidad como esa, asi que había comenzado con el más terco de los tres.

— Tu sonrisa no me gusta —dice Stiles, cruzándose de brazos y mirándome con una ceja alzada— ¿Qué estás planeando?

— No planeo nada —digo.

— Mentiroso, alzas levemente la ceja derecha cuando mientes.

— No te diré nada,  solo digo que me lo agradeceréis luego —sonrío con diversión, mirando a mi hermano con superioridad.

— Sea lo que sea que planeas, no me metas en eso. Tus planes siempre apestan —se aprieta la nariz y comienza a agitar la mano de un lado a otro, simulando que hay un mal olor aquí.

— ¡Mis planes no apestan! —gruño ofendido.

— Si lo hacen, y literalmente. La última vez acabamos lleno de basura por hacerte caso.

— ¡Pero igualmente atrapamos al demonio! Mis planes siempre tienen éxito —sus labios se estiran en una sonrisa, apoyando su mano en mi hombro para después darme unas palmaditas.

— Lo que tú digas Andy, lo que tu digas —susurra intenando hacerse el comprensivo. Gruño enojado, mostrándole mis ojos rojos que como siempre, no le hacen efecto.

¿Qué clase de beta era mi hermano?

— Entonces ¿Alguna pista del demonio? Ya van dos cadáveres que nos hemos encontrado y tengo el presentimiento de que si no los encontramos pronto serán muchos más —su dedo índice comienza a dar suaves golpecitos en la mesa, mirándome fijamente esperando una respuesta.

— Tengo una corazonada de que el demonio va en busca de humanos que están relacionados con la policía, los dos cadáveres eran uno de ellos era un agente recién jubilado y la otra era la esposa del sheriff, creo que ahora va a atacar a esta ciudad tal y como lo hizo con la otra.

— ¿Por qué crees que a comenzado a asesinar? —pregunta Stiles curioso, ladeando la cabeza y leyendo la carpeta donde todas las pistas obtenidas ahora se encontraban. Doy un sorbo a mi batido, mirando observando como el cerebro de Stiles trabaja y asegurándome que nadie indeseado en la cafetería nos escucha.

— Quien sabe, hay tantas posibilidades... Creo que deberíamos vigilar al sheriff de la ciudad para advertirle de que su mujer está en peligro —alzo una ceja absorbiendo una vez mas por la pajita.

— También deberíamos vigilar a todos los agentes —sugiere— Y también deberíamos mantener vigilados a la manada, ya sabes, por lo que tienes planeado.

Despego mis labios de la pajita para sonreír de lado— Buen intento, enano.

— ¡Oh, vamos! ¿Por qué no quieres decírmelo? ¡No será tan malo! —volteo volviendo a absorber el batido una vez más, dándole la espalda a mi hermano para que le quede claro que no voy a decirle nada.

— ¡No me des la espalda! ¿Qué tienes? ¿Diez años? —hago como que estoy observando a una pareja que hay al fondo de la cafetería, ignorando las palabras hirientes que me dirigue que prefiero no hacerle caso.

Mi mirada se detiene en la puerta, donde un atractivo hombre entra. Su vista en seguida se cruza con la mía, haciendo que un agradable escalofrío me recorre de arriba a abajo.

— ¡Andy, no me ignores! —la voz de mi hermano me sacan de mi ensoñamiento, haciéndome girar con un gruñido saliendo del fondo de mi garganta. No sabía la razón pero me había molestado que interrumpiera nuestro cruce de miradas.

— ¿Qué demonios Stiles? ¿Qué quieres? —gruño, haciendo brillar mis ojos.

— Te estaba diciendo que he comenzado a sentirlo —chilla— El demonio está aqui.

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No me peguéis vale? he decidido dejarlo aqui porque no quiero revelaros nada más en este cap.

Demasiadas pistas de todo que estoy dejando. XD

Y bue, no se que decir más. Solo que gracias a todos por este recibimiento que no me esperaba. Os amo a todos!

Nos leemos pronto.

Anónima.

Los trillizos StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora