Baekhyun miraba la pantalla de su celular aun sin poder creer lo que había hecho. En el móvil aun brillaban los números de la última llamada que realizó, coincidiendo con los impresos en la tarjeta en el escritorio a un lado de su cama, justo donde él se encontraba sentado.
Se dejó caer en el colchón con los ojos cerrados y el flequillo picándole los párpados. Se dio un momento para tomar una respiración y al abrir los ojos se topó con la mancha de humedad en el techo de su habitación.
Sin siquiera notarlo sus labios se torcieron en una leve sonrisa, que terminó siendo tan amplia que las mejillas le dolieron. Lo había hecho, realmente lo había hecho. Había programado una noche de ensueño con Park Chanyeol.
O bueno, realmente no era con el Chanyeol real. Básicamente había contratado los servicios de una empresa que tenía como slogan "Tú nos lo cuentas, nosotros lo volvemos realidad". Pero esta peculiar frase no era aplicable a cualquier circunstancia. La empresa se especializaba en volver realidad fantasías sexuales, y Baekhyun aún no comprendía de donde había sacado el coraje para hacer esa llamada y aún más hacer el pedido.
La tarjeta había aparecido en el piso de su recibidor hace una semana, un día en el que él volvía exhausto de la universidad. El trabajo de medio tiempo en la cafetería y los proyectos de la facultad lo tenían más que agotado. Si las brillantes letras doradas rezando el nombre de la empresa no hubieran reflejado las luces de la sala, Baekhyun le habría tirado los zapatos encima.
Pero no ocurrió así. El diminuto trozo de papel atrapó su atención, y el slogan despertó tanto su curiosidad que terminó frente al ordenador tecleando para averiguar más sobre la dichosa compañía, que más tarde, se enteró, se jactaba de poder cumplir cualquier fantasía que pudieras tener.
Baekhyun mentiría si dijera que eso no lo emocionó, es que siendo sincero, el castaño era lo que básicamente se conoce como un típico nerd. Un marginado social. Un ratón de biblioteca. La cantidad de dedos que poseía en una mano rebasaba el número de amigos que tenía.
Su personalidad tampoco ayudaba en nada a su condición. Baekhyun era tímido y reservado. Solo hablaba cuando le hablaban, y siempre se limitaba a responder lo justo y necesario. En la facultad se sentaba en el último lugar y solo se dedicaba a atender al profesor y tomar notas.
Desde la primera semana en la universidad, había quedado completamente prendado del chico alto que iba en la misma clase que él. Baekhyun no tardó en saber que se llamaba Park Chanyeol, tocaba la guitarra y estaba en el equipo de baloncesto de la facultad. Era un año mayor que él, pero por motivos familiares no había aprobado la materia que ahora compartían.
Chanyeol era como el alter ego de Baekhyun. Alto, fuerte, seguro y siempre rodeado de personas sonriéndole. El chico era muy querido por todos en la facultad. En los recesos, Baekhyun solía verlo compartir con un grupo de un curso superior. Un chico moreno de labios exuberantes, y otro de rostro fino y facciones afiladas, delgado y alto, realmente ambos lo eran, aunque ninguno tan alto como Chanyeol. La altura del tipo era envidiable al igual que su físico.
Con sus 1,85 metros, porque sí, Baekhyun tenía el dato de su altura memorizado, su gruesa voz y sus brazos y abdomen marcados, Chanyeol hacía que su mera existencia volviera las rodillas de Baekhyun de goma, su estómago se revolcara en su interior, y se quedara mudo ante su sola presencia.
El hombre completo despertaba en Baekhyun sensaciones que nunca antes había experimentado. Siempre se recriminaba la vez en que Chanyeol se acercó a su mesa al final de la clase para hablar con un compañero que se sentaba a su lado y que también pertenecía al equipo de baloncesto, para informarle de un cambio en el horario de práctica.
Si bien, no había ido a hablarle a él, en castaño quedó paralizado en su asiento por la mera cercanía del protagonista de sus vergonzosos sueños húmedos. Respiró profundo varias veces tratando de calmarse y salir de allí, pero se petrificó al oír la profunda voz de Chanyeol saludándolo, y clavando la mirada en una mancha en su mesa, solo se quedó allí en silencio, esperando desvanecerse del lugar, y de la faz de la Tierra de ser posible.
Desde entonces evitó sentarse junto a ese o cualquier miembro del equipo que apeligrara que la escena se volviera a repetir. Y así sucedió, Baekhyun no volvió a toparse con Chanyeol y solo se dedicó a admirarlo desde una distancia prudente para el bienestar de su corazón.
El próximo año sería un alumno de último año. Y aunque antes habría tirado la tarjeta por considerarlo una pérdida de tiempo, siete días atrás, al comprobar los verdaderos servicios de la agencia, no pudo evitar pensar en Chanyeol. Al terminar sus estudios ya no volvería a verlo. Este pensamiento fue como un baldazo de agua fría que lo despertó a la realidad, o algo así.
Estuvo una semana dándole vueltas al asunto, y en una ocasión estuvo muy cerca de derramar todo el café que estaba sirviendo sobre los pantalones de un cliente por estar absorto en esos pensamientos. Una semana habían durado sus cavilaciones, y allí estaba, sonriendo de oreja a oreja. Porque hacía unos minutos se había decidido, y mañana en la noche, el día de su cumpleaños número veintiuno, tendría una velada que nunca olvidaría, su más ansiada fantasía. Pasaría una noche entre sus sábanas en compañía de "Park Chanyeol".
La noticia no terminaba de asombrarlo, pero su repentina felicidad se volvió desespero. Sí, ya se estaba arrepintiendo.
¿Pero qué mierda había hecho? Él no sabía nada de nada. Ni siquiera en sus sueños había avanzado más que de unos besos. ¿Qué se supone que haría cuando el chico tocara su puerta al día siguiente a las ocho en punto, como le habían informado?
Se sentó de un sopetón, tan pálido como sus sábanas, analizando sus opciones. Podía cancelar los planes y entonces... ¡No! ¿Qué estaba pensando? ¡El servicio le costó una fortuna! Bueno, estaba exagerando. Él no era millonario, así que cualquier gasto que se alejara de lo básico, él lo consideraba un despilfarro. Y definitivamente una noche en compañía del chico con el cual estaba obsesionado era una derrochada de dinero sin duda alguna. Y aunque sus padres le habían depositado una buena cantidad de dinero como regalo de cumpleaños, y él haya utilizado ese envío y sus ahorros seguían intactos, dinero era dinero, y la empresa había dejado muy en claro que no se aceptaban cancelaciones de último minuto.
Resignado a no poder eludir el compromiso que había pactado, se dejó caer nuevamente contra su cama, con la esperanza de que no tuviera que llegar hasta el final con el chico que mañana tocaría a su puerta.
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Chico de compañía [Baekyeol/Chanbaek]
FanfictionBaekhyun decide que su cumpleaños número 21 debe ser especial, y ¿qué más especial que pasarla con el chico que hace dos años te roba el aliento? ¿El problema? Baekhyun y Chanyeol no comparten más que el salón de clases juntos, pero ¿quién dice que...